Empresario palestino, director israelí, socio alemán

 

Yehuda Sharoni Ma'ariv, 11.10.98

 

En un primer y nada común proyecto de esta índole, ingenieros palestinos estudian en un curso de capacitación en la empresa de Siemens en Carmiel —siendo luego enviados a trabajar en una empresa de hi-tech, propiedad común de Siemens y de un empresario palestino en Ramala.
Si bien el interés que el complejo industrial alemán tiene en Israel es económico, no es casualidad que este proyecto haya despertado la imaginación de todos los que ansían la paz en el Medio Oriente.
Las relaciones personales que se entablaron entre un ex tanquista y un ex estudiante de la Universidad de Bir-Zeit —que en caso de haberse encontrado alguna vez en el pasado, hubiera sido en circunstancias completamente diferentes— pueden ser testimonio del potencial increíble de esta iniciativa.
Quizás ellos no lo saben, pero es absolutamente probable que el primer encuentro entre Eran Bentel, de 39 años, y Tarek Mayia, de 31, haya tenido lugar en el transcurso de la Intifada en Bir-Zeit. Tarek, convertido hoy en un hombre de negocios, bien pudo en aquel entonces haber tirado piedras a soldados de las FDI mientras disolvían manifestaciones con gases lacrimógenos. Uno de aquellos soldados bien podría haber sido Bentel, quien hasta ahora realiza su servicio en las reservas como comandante de regimiento de tanques.
La semana pasada se encontraron en un lugar completamente diferente: en las oficinas de la Dirección de la Empresa SDC (Siemens Data Communications) en Carmiel. Mayia es el coordinador de esta primera iniciativa empresarial, única hasta hoy, que pretende capacitar ingenieros de sistemas palestinos para la fábrica de Siemens en Carmiel. Bentel dirige la fábrica hace aproximadamente un año. Con la finalización de dicho curso de capacitación, los ingenieros palestinos serán empleados en una empresa de hi-tech de Ramala, perteneciente a Siemens (50.1%) y a Mayia.
La gigante compañía alemana es la "madrina" de la iniciativa. En el marco de este proyecto fueron capacitados hasta hoy 13 ingenieros de Ramala, Jenín, Jerusalén Oriental y otras ciudades. La compañía considera que la cooperación económica entre Israel y los palestinos constituye una de las garantías para el éxito del proceso de paz.
Hermann Kalle, Director General de Siemens-Israel, afirma que "la cooperación con la empresa en Ramala se basa ante todo en un interés comercial. La meta es otorgar la mayoría de las ganancias a sus accionistas. Pero paralelamente existe en la empresa, principalmente por parte del director, Dr. Heinrich Von Führer, el interés en ver progresos en el proceso de paz en el Medio Oriente. El cambio va a llegar a través del comercio."
El nuevo proyecto también despertó la imaginación de la "Fundación para las Tecnologías de la Paz", fundada por el Banco Mundial. Esta se asesoró con el "Centro Peres para la Paz", dirigido por Shimon Peres, y con la Compañía Israelí de Inversiones "Evergreen", y decidió lanzarse al proyecto. En primera instancia adquirirá el 10% de las acciones de la empresa común. Todo un sueño.

 

Los palestinos harán avances gracias a los israelíes

Sentado cómodamente frente a una computadora. en Carmiel, el mundo parece ser completamente diferente que contemplado desde la sangrienta escena de tiroteo cerca de la Universidad de Bir-Zeit. La zona industrial de Carmiel se parece a una tranquila ciudad suiza de veraneo: salvajes montañas por el sur, olivos en el este, la carretera Aco-Safed por el norte. Cuando Bentel y Mayia se reunieron para tomarse una foto juntos, fue como si la Intifada nunca hubiera existido. Según la opinión de Mayia, lo que es importante aquí es el avance de los intereses de la empresa de hi-tech de la cual es propietario, y por supuesto el desarrollo de la economía palestina.
Los contactos con el fin de llevar a cabo la iniciativa comenzaron a finales de 1996. El primer curso de capacitación comenzó en abril de 1997, siete meses después de los acontecimientos del Túnel del Muro de los Lamentos, y poco antes del atentado en la calle peatonal Ben Yehuda, de Jerusalén La salida de los obreros palestinos a Israel pasó a ser casi imposible. Las clausuras y las declaraciones de encierro en los territorios pasaron a ser rutinarios, y, apenas se declaraba la clausura o el encierro, los ingenieros palestinos eran enviados en taxi a sus casas. En épocas en las que no había limitaciones por seguridad, los ingenieros palestinos vivían en Carmiel, de domingo a jueves y durante los fines de semana volvían a sus casas.
¿De qué manera es visto un palestino que viene a estudiar con alguien que hasta hace poco era su enemigo? ¿Acaso no es considerado como un colaborador?
Mayia, el jefe ("Rais", como suelen llamarlo) no lo descarta, pero hace una distinción entre la manera en que la iniciativa es presentada al público en general y la forma en que es captada por gente inteligente e instruida.Al público en general presentamos la iniciativa como una idea de Siemens, que nos emplea en Israel por un período de transición. En un futuro trabajará con nosotros. A gente más inteligente e instruida, les explicamos que existe aquí una oportunidad financiera que transmita el "know-how" israelí a las zonas de la Autonomía Palestina. Para ellos está sobreentendido Aún en la época de la ocupación hubo comercio con Israel, pero este no es el que ayudó al desarrollo de la economía palestina. Nosotros explicamos que es esta cooperación la que va a aportarnos logros en nuestro desarrollo ".

 

Fíjese lo que le paso a Rabin

Tarek Mayia nació en Jerusalén y vive actualmente en Ramala. Estudió en la Universidad de San José y trabajó en Silicon Valley. El proceso de paz en 1993 despertó su imaginación, así como la de otros tantos israelíes que volvieron a Israel.
La parte primordial de su actividad fue enfocada en negocios de comunicación, y trató de obtener la representación exclusiva de Siemens en Ramala. Para decepción suya, la dirección decidió actuar en las zonas de la Autonomía a través de su representante en Ammán. En el transcurso de las negociaciones de Oslo B, actuó Mayia como consejero especial de Economía junto al equipo de negociaciones palestino. Cuando el proyecto se hizo realidad, decidió invertir en él personalmente. Tanto creía en él.
La conversación la desarrolla en un fluido y rico inglés.
¿Pensaron que tendrían éxito en la iniciativa, a pesar de todas las dificultades?
Por supuesto que sí. Sabíamos que habrían dificultades, pero también sabíamos que había que insistir. Hasta ahora, a pesar de todo, hemos tenido abdicad. Durante los atentados fue muy difícil desde el punto de vista técnico y mental. Pero tuvimos mucha paciencia, que hasta ahora dio resultado."
¿Los estudios de capacitación en Carmiel le hicieron cambiar su opinión sobre los israelíes? ¿Tenía Ud. prejuicios de ellos?
No, no tenía prejuicios. Quizás fui un poco ingenuo con respecto al ritmo de avance pero estaba seguro que a nivel personal no tendría problemas, además que ya había conocido otros israelíes en vista de contactos de negocios anteriores.
¿De qué manera reunió a los ingenieros que participaron en el curso?
Publiqué un aviso en el diario "Al-Quds". Pedimos a los solicitantes enviar por fax sus candidaturas. Aquellos que respondieron consideraron que era esta una oportunidad de venir a perfeccionarse. Resulta difícil saber qué es lo pensaron cuando se enteraron que la capacitación tendría lugar en Israel. A lo que a mí respecta pienso que ellos realmente querían venir a estudiar.
¿Y lograron entablar relaciones sociales con compañeros de Israel?
Que yo sepa ellos no mantienen una vida paralela fuera del grupo. Ellos no se relacionan con los israelíes. Por otro lado, se pasean por Israel, y quizás van de vez en cuando al cine. Con los ingenieros israelíes en la empresa hablan principalmente sobre la faz profesional. Si llegan a hablar de política, y de vez en cuando esto pasa, no es más que natural.
¿Cómo definiría la nueva iniciativa emprendida? ¿Ve Ud. una contribución al fortalecimiento del proceso de paz?
Por supuesto. Personalmente creo que el proceso de paz existe hoy solamente sobre el papel, y se encuentra en una situación difícil. Proyectos de la índole de Siemens afianzarán el proceso, ya hay más iniciativas de ese estilo. Yo sé de israelíes que están interesados en la creación de Centros de Información en Palestina. Tengo amigos que colaboran con israelíes en el campo de los negocios. Eran Bentel es uno de mis amigos israelíes.
¿Dónde ve Ud. la ventaja relativa de la economía palestina?
En el campo de la ingeniería y de la computación existen oportunidades. Los recursos naturales de la Autoridad Palestina son muy limitados. Se cuenta con turismo, pero la principal fuente está representada por el recurso humano. Nosotros suponemos que la nueva empresa que va a ser creada será un centro independiente para el desarrollo en el terreno de la alta tecnología. Nosotros consideramos a Siemens como un socio estratégico, ellos tienen un compromiso con nosotros por un largo período. Cabe recordar que el nacimiento de la nueva empresa es consecuencia, entre otros motivos, de la falta de ingenieros israelíes.
¿Cuál es el mensaje que quisiera enviar a Israel?
La cooperación entre dos pueblos es posible siempre y cuando tenga una base igualitaria. Una solución a largo plazo para los dos pueblos debe ser justa, asegurando una cooperación y una estabilidad a lo largo del tiempo. Todos los israelíes han vivido y experimentado el conflicto palestino, pero yo creo que ha habido un cambio en la sociedad israelí. Fíjese como el desaparecido Rabin, que en el pasado habló de romper huesos, fue precursor del gran cambio en miras hacia la paz. Los palestinos, por más que quizás parezca gracioso, ambicionaron siempre la paz, inclusive en las épocas más difíciles. La ocupación israelí obligó a los palestinos a conducirse de otra manera.
"Lo que Ud. ve frente suyo es una Central Intercomunicadora de Computadoras", dice Eran Bentel, al mismo tiempo que señala una caja de metal rectangular, detrás de la cual hay conectadas decenas de cables. La fábrica Siemens SDC en Carmiel (que antes fuera la fábrica Orent) fue comprada hace dos años a Orna Beri, quien es hoy la científica en jefe en el Ministerio de Industria y Comercio. El precio pagado fue de 30 millones de dólares. La dirección de Siemens Mundial convirtió a la empresa en un Centro de Investigación y Desarrollo en el área de comunicación de las computadoras, uno de los varios centros de desarrollo existentes en numerosos lugares del mundo El "hardware" fabricado es enviado a Alemania y allí se transforma en un producto listo para ser comercializado. Bentel trabaja en la empresa hace poco más que un año, y la dirige hace dos meses. La empresa cuenta con 85 empleados, de los cuales 65 son ingenieros.
Bentel vive en Nofit, cerca de Kiriat Tivon. En el ejército fue tanquista y actualmente tiene a su cargo un comando en su servicio de reserva. El, que tiene 39 años, en la empresa es considerado como un anciano relativamente, a juzgar por las edades de los ingenieros jóvenes, que no tienen más de 28 años.
"Desde el comienzo de la Intifada, a fines de 1987, viví experiencias tormentosas en la franja de Gaza y en la Margen Occidental, las cuales no me resulta agradable recordar ", dice Bentel."Durante los encuentros con los ingenieros palestinos. alguien dijo que seguramente ya nos habíamos encontrado en el pasado. Es cierto. No tengo la menor duda que por lo menos parte de ellos también había tirado piedras, ya que el que no lo hacía era considerado colaborador del enemigo."

 

Ellos tenían muchísimas dudas

Los ingenieros palestinos, ¿no dudaron antes de incorporarse al plan de capacitación?
Dudaron muchísimo. Tenían muchísimas dudas. Apenas llegaron aquí, una de las primeras cosas que pedían era comunicarse con su casa para decir: llegamos, está todo bien. No estaba claro de qué manera los ingenieros israelíes los recibirían. Tampoco entre nosotros esto se veía como algo natural.
Cuando comenzamos con el negocio, siempre me pregunté si en realidad no estaría dando lugar al nacimiento del "ingeniero número tres" (refiriéndose al terrorista Yihie Ayiash, responsable de crueles atentados, y eliminado por Israel. Nota de la Traductora). Este es un temor común a todos. Todos prestan servicio en la reserva, todos participaron en la Intifada. Hoy me alegro de decirles que no es esa la situación. A propósito, tuvimos una experiencia anterior con los jordanos también.
¿De qué se trataba?
Contratamos un segundo empresario de Jordania, especializado en hardware. Estuvo aquí con varios empleados suyos. Ellos supieron desarrollar justo lo que nosotros necesitamos, y actualmente estamos sacando el primer producto fruto de un trabajo conjunto israelo-jordano.
¿Por qué le parece a Ud. Que Siemens decidió llevar a cabo este proyecto?
El presidente de Siemens Mundial anunció que la empresa no va a ser un observante pasivo frente al proceso de paz. Es por esta razón que fueron incentivadas las actividades con los jordanos y los palestinos.
Somos conscientes de la falta de ingenieros que hay en Israel. Después de haber averiguado hemos constatado que en las zonas de la Autonomía Palestina hay bastantes ingenieros con talento desaprovechado. Tarek llegó y dijo "asociémonos". Y así nació el proyecto.
¿Cuál es la principal dificultad para llevar a cabo el curso de capacitación?
Dificultades técnicas que derivan de la situación política. Cada vez que se prohíbe la entrada a Israel a los habitantes de los territorios es necesario renovar los permisos de entrada de los ingenieros, lo que se repite casi constantemente. La semana anterior a Rosh Hashaná, por ejemplo, hubo clausura en los territorios y los ingenieros no llegaron.
Pero existe un abismo mental, que es el de conectar a los palestinos a las normas israelíes. Nosotros, antes de emprender un proyecto, le comentamos al jefe todas las ideas que tenemos. Nos llevó medio año explicar a los palestinos que ellos también tienen derecho de decir lo que piensan, sin temor. Ellos tienen que saber cómo llamar por teléfono a un distribuidor en Tel-Aviv, y en caso de que no envíe la mercadería a tiempo, gritarle. Un ingeniero que no sepa adelantar un proyecto, no sabe trabajar.
¿Ha habido otro tipo de relación más allá de las horas de trabajo?
Hubo uno o dos casos de ingenieros que se quedaron a trabajar durante el fin de semana también, por lo que se hospedaron en la casa de nuestros ingenieros. Los ingenieros palestinos que llevan mucho tiempo trabajando con nosotros se sienten aquí como en su casa. Pero nosotros no intimamos con ellos. Existen los comentarios y quejas de costumbre, en el plano profesional. Política se trata de no hablar.
Sinceramente, ¿Ud. hubiera entrado en el proyecto por su libre iniciativa, si Siemens no le hubiera brindado su apoyo?
"No. La cantidad invertida en el proyecto es grande. Además, si se me hubiera dado la posibilidad de elegir entre un ingeniero israelí licenciado en el Technion y un joven palestino, hubiera elegido, por un frío criterio profesional, al israelí. Debo destacar que cada uno de los ingenieros palestinos es elegido luego de pasar una clasificación rigurosa, y desde el punto de vista profesional tiene un buen nivel. Pero es cierto que fue Siemens la que incentivó la cooperación y nos proporcionó el presupuesto necesitado. Siemens es una empresa multinacional con la mirada erigida diez años adelante, y no siempre se opone a gastos. El elemento financiero aquí es un poco problemático, pero desde una óptica política el proyecto tiene su justificación.
La semana próxima va a ser inaugurada la nueva empresa, en Ramala. En la ceremonia participarán, entre otros, el presidente de Siemens, Yaser Arafat y el ex primer ministro Shimon Peres. Se trata de la primera iniciativa de negocios, que dará paso a otras tantas. O, por lo menos, esta es la gran esperanza.