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Número 2 Madrid, 5 de mayo de 1993 NEGOCIACIONES EN WASHINGTON:
ACTUALIDADMesa palestino-israelí
Las negociaciones se realizan en tres grupos de trabajo dedicados a tratar: a) el estatuto de las tierras públicas y del agua; b) los derechos humanos; y c) la naturaleza jurídica y práctica del régimen de autogobierno, de-nominado "grupo del concepto".Mesa jordano-israelí
No hay desacuerdo en cuanto a las condiciones del posible acuerdo de paz con Jor-dania. Igualmente se han creado tres grupos de trabajo que se ocupan de los siguientes temas: a) seguridad, fronteras y contenido de la paz; b) agua, energía y medio ambiente; y c) refugiados y cooperación económica.Mesa sirio-israelí
Se está buscando una declaración conjunta de principios. El obstáculo para la redacción del documento radica en el carácter de la paz ofrecida por Siria y su relación con la posible retirada israelí.Mesa israelo-libanesa
Se intenta constituir una comisión militar mixta para concretar los arreglos fronterizos de seguridad.
NO SERÍA LA PRIMERA VEZ QUE
David Ronen
ABANDONÁSEMOS GAZACada vez que algún judío es asesinado por palestinos de la franja de Gaza se vuelve a actualizar la discusión y aumentan las pro-puestas de abandonar la franja de manera unilateral como medida punitiva ante los ac-tos de terror. Si esta propuesta llegara a ma-terializarse, aumentarían los atentados por parte de una población que sufre el hambre y la frustración a medida que el tema religioso fundamentalista va echando raíces cada vez más profundas y se extiende su campo de influencia.
Merece la pena recordar que en el pasado ya se hizo un intento parcial de dejar sola a la población de refugiados de los campos de Gaza, siendo las consecuencias muy graves y similares a las que acarrearía ahora un abandono de ese sector sin que medie ningún acuerdo político.
A finales de los años sesenta hubo una retirada de todos los campos de refugiados de la franja, en momentos en que se escuchaban planteamientos tales como: "Dejaremos que se cocinen en su propia salsa". No pasó mucho tiempo antes de que en los campos de refugiados surgieran movimientos de terror cuyas acciones se llevaban a cabo en los mismos territorios, y de que comenzaran a armarse con armamento automático, cócteles molotov y granadas.
Unas semanas más tarde, los comandos terroristas ya salían a actuar en los principales ejes de la zona; abrían fuego contra sol-dados del Tsahal [Fuerza de Defensa de Is-rael], contra la policía, contra miembros del Servicio General de Seguridad e incluso contra los civiles que transitaban por las carreteras de la franja, regresando después a los campamentos que les servían de refugio. El número de judíos asesinados y heridos aumentaba día a día. Aquellos palestinos que eran sospechosos de colaborar con las autoridades eran asesinados durante la noche y sus cadáveres eran arrojados a un terreno denominado "cloaca", junto al campamento de refugiados de Jabaliya. Hubo días en los que se encontraban hasta seis cadáveres de víctimas asesinadas por la noche. Por temor a los atentados, los trayectos por las carreteras de la franja se hacían sólo en caravanas con escolta, mientras que durante las horas de la noche nadie osaba transitar sin la es-colta de coches blindados. A medida que aumentaba el número de víctimas, crecía también el número de sospechosos, acusados de participar en los atentados, hasta llegar a las 180 personas. Más de un tercio de ellos eran autores directos de los asesinatos. Una lista de esta magnitud sería considerada extensa incluso en términos actuales.
La paciencia del Ministro de Defensa de entonces se acabó con el asesinato de los dos niños Arroyo. En enero, el padre de los infantes aparcó su vehículo, a mediodía, junto a la fábrica de Seven-Up en las inmediaciones de Gaza para comprar bebidas a los niños que se quedaron esperándole en el coche. Un terrorista se acercó a ellos y arrojó una granada dentro del coche acabando con la vida de los pequeños. En aquel perído se podían ver comandos terroristas paseándose por los naranjales de la zona y en las callejuelas de las ciudades con las armas a la vista y los rostros descubiertos.
Fue entonces cuando se decidió "ocupar" nuevamente la Franja de Gaza. Se introdujó gran número de fuerzas especiales. Arik Sharon, que entonces era el Comandante en Jefe de la Zona Sur, fue nombrado también responsable de Gaza. Los Servicios de Seguridad, así como la Policía, entrenaron a sus fuerzas y la guerra para erradicar el terrorismo duró cerca de un año, hasta que todos los buscados fueron puestos en manos de la justicia o murieron en combate. Se ha escrito mucho sobre este período y no es necesario agregar más.
Como mencioné anteriormente, en ese momento se abandonaron exclusivamente los campos de refugiados de la franja de Gaza. Si se lleva a cabo la propuesta de retirada de todo el territorio de dicha franja, ésta se convertirá en una zona caótica desde la cual y dentro de la cual actuarán las organizaciones terroristas. Se reclutarán, entrenarán y formarán comandos asesinos con toda liber-tad. Armamentos desconocidos por esos co-mandos en el pasado, llegarán a sus manos y en esas condiciones nada les impediría bombardear desde allí las poblaciones vecinas con morteros y cohetes "Katiusha".
Las organizaciones fundamentalistas co-mo Hamas, enviarán navajeros o personas con armas de fuego a través de la frontera de Israel para cometer atentados y la diferencia consistiría en que al regresar a la zona, no habrá quien los detenga y haga justicia.
Tampoco serán efectivos los cercos de seguridad que delimiten los territorios puesto que los terroristas los burlarían tal como lo hicieron los "fedayines" de los años 60 sin que Israel pudiera evitarlo. El Tsahal no tendría más opción que volver al método de búsqueda y captura y operaciones de represalia incluyendo, tal vez, una nueva invasión de la franja.
Una retirada unilateral de la zona estaría proyectando una ilusión que llevaría a la tragedia. Continuarán los atentados y los asesinatos y a Israel se le complicará la captura de los implicados para castigarlos, salvo en el caso que las fuerzas armadas irrumpieran dentro del área.
Las elecciones que se lleven a cabo en Gaza arrojarán resultados favorables a los extremistas de entre las organizaciones terroristas, ya que éstos usarían sus armas blancas para intimidar a los desprotegidos habitantes.
Por lo tanto, habría que retirarse de la franja cuanto antes, pero sólo después de un acuerdo político del que resulte un Gobierno que se responsabilice de los acontecimientos en la zona. Hasta entonces, la guerra contra el terrorismo debe continuar con toda la po-tencia posible y con determinación, sin que haya fronteras entre el ejército de Israel y los terroristas que puedan ocultarse tras ellas.
David Ronen fue alto mando del Servicio General de Seguridad de Israel (Shin-Bet). [Maariv, 5 mar. 1993].
BEIRUT PRIMERO
Gai BejorLa ruptura del acuerdo del 17 de mayo de 1983 firmado entre el Gobierno de Israel y el Líbano -una consecuencia de las aspiraciones políticas del gobierno del Likud, de imponer un nuevo orden en el Líbano- llevó a todos los gobiernos de Israel a la conclusión de que el Líbano será el último país árabe con el que se llegue a un acuerdo. Todos los representantes israelíes en las conversaciones de paz coinciden en señalar que sólo después de la firma de un acuerdo entre Siria e Israel se nos dará Beirut como una especie de bonificación.
Esta suposición era certera dado el ambiente bélico que reinaba entre Siria e Israel dentro del territorio libanés, pero es menos real en la actualidad, ya que Jerusalén y Damasco manifiestan su interés por llegar a un acuerdo. Desde el punto de vista de Israel, el problema fronterizo con el Líbano -el lanzamiento de cohetes Katiusha y los soldados que mueren- es sumamente preocupante. Es por ello que el interés israelí en encontrar una solución cuanto antes a este problema sea prioritario teniendo en cuenta que la franja de seguridad fronteriza dificilmente cumple con su objetivo. El Gobierno de Israel está dispuesto a proponer en Washington a los libaneses y a los sirios una fecha de retirada total israelí de la franja de seguridad en un plazo de dos o tres años. Paralelamente, el ejército libanés se desplegaría progresivamente y de manera controlada por el sur del país. Este despliegue estaría condicionado, además, por el desarme de las posiciones de Hezbolá, como se hizo ya en la Beká y como ha comenzado a hacerse sin ninguna oposición y bajo el control sirio en la zona de Beirut e incluso en otros enclaves del sur del Líbano, tales como los de Tiro y Sidón. En una etapa subsiguiente, se instalaría el ejército libanés en la propia franja, en coordinación con el Ejército del Sur del Líbano que se formó tras la división del ejército libanés en la época del comandante Hadad.
La retirada de las tropas israelíes de la franja de seguridad estará condicionada a su vez por el cumplimiento de otros requerimientos de seguridad en el sur del Líbano, y el proceso denominado "Líbano primero" estará controlado por los Estados Unidos, cuyas relaciones con el gobierno de Beirut mejoran día a día. Los libaneses, que ya pidieron la ayuda de Estados Unidos para equipar su ejército, contarán en el marco del convenio con medios de control reforzados por parte de Washington (para el control interno, sin poner en riesgo la seguridad de Israel), así como con apoyo económico y garantías para la recuperación económica.
Son muchos los que todavía recuerdan la potencia del ejército libanés de los años sesenta y comienzos de los setenta, cuando el "deuxième Bureau", que era la división de Inteligencia del ejército libanés, administraba la vida en los campamentos de refugiados palestinos con mano dura.
El Líbano tiene mucho interés en recuperar el dominio de su zona sur, así como lo hizo en Beirut, en el norte y en la Beká, e Israel saldrá doblemente beneficiado con el restablecimiento de la estabilidad en el sur del Líbano y con un compromiso político cuya calidad dependerá tanto de ese país como de Siria.
La salida de las tropas israelíes del sur del Líbano sería más fácil que otras retiradas. En la zona no hay tierras históricas cuyo abandono pudiera generar polémica en la sociedad israelí, y porque el espacio que se creará no será ocupado por un contingente que pueda amenazar, en el aspecto estratégico, la existencia de Israel. El acuerdo se basaría en la resolución 425 del Consejo de Seguridad, independientemente de las resoluciones 242 y 338.
Damasco que con interés, aunque pasivamente, los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá, y esta situación le resulta cómoda. Pero un acuerdo que mejore la estabilidad de su protegido y el control total del Líbano en su zona sur es a todas luces preferible, además de confirmar si efectivamente Israel tiene la intención de retirarse. Es por ello que un acuerdo de este tipo no estaría al margen de Damasco, como lo fue el que firmó el Presidente Amín Gemayel con el Estado de Israel en 1983, sino que contará con el apoyo, o por lo menos con el silencioso asentimiento de Damasco.
Los últimos acontecimientos en Beirut y la Beká relacionados con Hezbolá son esperanzadores de cara a alcanzar un acuerdo por etapas entre Líbano e Israel. En los territorios que están bajo el dominio del ejército libanés, las fuerzas de Hezbolá se han convertido en un movimiento político en casi todos los sentidos, que acepta las reglas del juego político así como su supremacía. En el parlamento está representada por doce miembros, y sus activistas militares están van ocupando puestos en la administración de entidades civiles de la propia organización en bancos, hospitales y centros de información que ellos mismos han establecido en Beirut, así como iniciativas de desarrollo como el trazado de nuevas carreteras.
En contra de la predicción de que Hezbolá se opondría militarmente a las disposiciones del gobierno, no tuvo ni siquiera un incidente con el Gobierno de Jariri, y el movimiento chiíta redujo su fuerza militar en la zona de Beirut. El único componente militar que conserva es la lucha contra Israel.
Existe, por lo tanto, la clara posibilidad de que Hezbolá retire sus puestos del sur del Líbano, si se presenta una fecha concreta de retirada por parte de Israel, con el apoyo de Siria y la determinación del Líbano y Estados Unidos. Una razón más para hacerlo sería que este movimiento podría presentar la retirada israelí como un logro propio. [Haaretz, 7 mar. 1993].
COOPERACIÓN EGIPCIO-ISRAELÍ
El Ministro de Medio Ambiente israelí, Yosi Sarid, y el Ministro de Agricultura egipcio, Yusuf Wali, firmarón el pasado 21 de abril en el Cairo un acuerdo de cooperación sobre medioambiente.El acuerdo prevé el establecimiento de un centro para la lucha contra la desertización así como un centro de operaciones contra la contaminación de las costas. Otros asuntos que abarca el acuerdo son reciclaje y depuración de agua para riego, reciclaje y manipulación de basuras en la producción de fertilizantes, y control del uso industrial de pesticidas. Asimismo, se creará un centro conjunto de prevención para casos de contaminación debida a accidentes marítimos en el Mar Rojo.
La Embajada de Israel en Madrid no comparte necesariamente las opiniones de los artículos publicados.