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Número 16 Madrid, 26 de enero de 1997 ¿QUIÉN PONE BOMBAS EN LOS
AUTOBUSES DE DAMASCO?Zeev Shiff
La infundada acusación del gobierno de Siria, por la que se hace responsable a Israel del grave atentado terrorista contra un autobús en Damasco, preocupa a Israel. Es posible, por cierto, rechazar el infundio aduciendo que se trata de un disparate sirio, pero se sospecha que los sirios tienen malas intenciones. Por lo tanto, Israel pidió a Egipto y a Estados Unidos que informaran a las autoridades de Damasco, en su nombre, que no tiene nada que ver con este salvaje atentado terrorista contra civiles sirios. El mensaje fue llevado a su destino, pero Damasco se mantuvo en su posición. Además de las acusaciones, también hay amenazas de Damasco, según las cuales Siria cobrará la deuda a Israel, que supuestamente será objeto de ataques terroristas.
Lo que es en sí más preocupante y grave es el hecho de que está bastante claro que los sirios saben la verdad. Ellos están buscando a los culpables en otras partes, según evidencian los arrestos en masa que los servicios de inteligencia sirios están llevando a cabo entre la población turca. Esto es algo que no puede ocultarse. Si acusan a Israel por el ataque, ¿por qué detienen a tantos turcos para someterlos a duros interrogatorios? Aparentemente, todo esto está relacionado con la cruenta lucha en la que están involucrados el PKK kurdo, cuyo comandante, Oyilan, vive en Damasco y desde ahí emite órdenes para realizar incursiones contra aldeas turcas al otro lado de la frontera. En estas incursiones son brutal mente asesinados civiles turcos (hombres, mujeres y niños).
Todo esto ha estado ocurriendo desde hace tiempo y los servicios de inteligencia turcos aparentemente han decidido responder. Al comienzo se llevaron a cabo acciones de advertencia contra los sirios en Líbano, en las que no hubo heridos. Los sirios ya sabían entonces que los ataques eran represalias por los ataques del PKK. Los servicios de inteligencia sirios no permanecieron en silencio y llevaron a cabo un atentado terrorista en Turquía, de nuevo una acción de advertencia sin heridos. La siguiente etapa más seria de represalia por los ataques del PKK, cuyo cuartel general está en Damasco, fue la bomba en el autobús. El resultado es que un país que apoya al terrorismo y permite ataques de organizaciones terroristas desde su territorio, está siendo obligado a luchar contra el terrorismo.
Es difícil para las autoridades en Damasco explicar esta complicación a la población siria. Por lo tanto, eligieron la fácil excusa propagandística: Israel es el culpable. Sin embargo, es posible que se trate de algo más que la búsqueda de un chivo expiatorio con fines propagandísticos. Puede ser que sea un intento de aprovechar la oportunidad para lanzar ataques terroristas y acciones violentas contra Israel. Los norteamericanos también sospechan esto y por eso fueron rápidos en denunciar la acusación contra Israel como falsa e infundada.
A propósito de terrorismo, Damasco es sospechoso de estar involucrado en la explosión en Dahran, Arabia Saudí, el 25 de junio del año pasado, en el que murieron 19 norteamericanos. Un sospechoso chií saudí, Yaffar Shawikat, que fue detenido por los sirios, "se suicidó" súbitamente en la cárcel cuando los saudíes anunciaron que tenían intención de interrogarlo. Los norteamericanos también sospechan que alguien en la cárcel siria le ayudó a abandonar este mundo antes de revelar sus conexiones. Cuando estalló el autobús en Damasco, los sirios lo usaron como un pretexto para desviar la atención de la investigación en Dahran a Israel.
La acusación es que Israel también hace estallar autobuses en atentados terroristas. Siria no es el único sospechoso de ser un estado terrorista. Los israelíes, según esta acusación, están en el mismo barco y, por ende, Israel merece que le pongan bombas en sus autobuses, como ha ocurrido varias veces. Tampoco es malo el momento elegido para hacer esta acusación. Si las negociaciones entre Israel y los palestinos encuentran serias dificultades, es claro que un grave atentado terrorista en Israel, a cargo de una organización como la Yihad Islámica, podría darles fin. Esta es una buena opción de acción para el gobierno de Damasco en el momento en que le parezca apropiado llevarla a cabo.
El momento elegido también coincide con la posibilidad de que los norteamericanos intenten nuevamente renovar las negociaciones entre Israel y Siria. Los sirios, según su método, habitualmente acompañan los procesos políticos con actos de violencia. Esto también puede hacerlo en el sur de Líbano a través de Hezbolá y otras organizaciones como la Yihad Islámica, que están buscando una oportunidad para actuar dentro de Israel por medio del terrorismo suicida. Eso es lo que preocupa a Israel. Se sospecha que Damasco está planeando una nueva escalada en su enfrentamiento con Israel.
[Haaretz, 14 de enero de 1997].