La "Hoja de ruta"
es un camino que deben emprender dos

Artículo publicado en ABC (Madrid), 5 de junio de 2003


Silvan Shalom
Ministro de Asuntos Exteriores
de Israel
En los últimos dos años y medio, tanto israelíes como palestinos han sufrido enormemente. Los terroristas palestinos han destrozado familias israelíes con su brutal violencia. Sin embargo hoy, tras la Guerra en Irak, nos enfrentamos a una nueva realidad en Oriente Próximo. Ahora tenemos una magnífica oportunidad para aceptar un cambio positivo, con la esperanza de dar comienzo a una nueva y prometedora era para todos los pueblos de la región.

La �Hoja de Ruta para una solución del conflicto palestino-israelí�, recientemente presentada a las partes por los Estados Unidos, es una importante herramienta hacia la consecución de este objetivo. La Hoja de Ruta expone una serie de pasos diseñados para hacer realidad la visión del Presidente Bush de un Oriente Próximo en paz, tal y como lo describió en su histórico discurso del 24 de junio de 2002. La semana pasada, el gobierno israelí aceptó con valentía esta �Hoja de Ruta� en su esfuerzo por encontrar una salida a la violencia que azota nuestra región. Ahora la responsabilidad recae sobre el nuevo liderazgo palestino. Debe demostrar que tiene la firme intención de poner fin a la violencia y el terrorismo y que está dispuesta a sentar las bases para una paz y una reconciliación sinceras.

En los últimos dos años y medio, el pueblo israelí ha sufrido una dura prueba. Los terroristas palestinos han lanzado una despiadada campaña de terrorismo indiscriminado contra hombres, mujeres y niños israelíes mientras viajaban en autobuses, comían en restaurantes o se dirigían al colegio. Casi 800 israelíes han muerto y miles han resultado heridos. Muchas familias llevarán las cicatrices de por vida.

Ahora queda por ver cómo el nuevo liderazgo palestino piensa aplicar la Hoja de Ruta para avanzar hacia la paz. Debemos desconfiar de los atajos. Un �alto el fuego� no es suficiente para sustentar la conciliación. Un alto el fuego, considerado de forma aislada, podría limitarse a crear la ilusión de una calma a corto plazo. Las organizaciones terroristas sencillamente explotarían este interludio para consolidar su fuerza con el fin de llevar a cabo atentados aún más sangrientos en una fase posterior. Por esta razón, la �Hoja de Ruta� hace hincapié en el hecho de que los palestinos deben �asumir un cese incondicional de la violencia� que incluya una lucha seria, concertada y continua contra el terrorismo. Deben enfrentarse a todos aquellos que están comprometidos con el terrorismo, arrestar a los terroristas, desmantelar las capacidades e infraestructuras terroristas, confiscar las armas ilegales y adoptar medidas preventivas significativas. Además, el liderazgo palestino debe poner fin a la incitación a la violencia en los medios de comunicación y en el sistema educativo. El cumplimiento de estas condiciones será lo que permitirá a las partes avanzar en el proceso.

Un esfuerzo decisivo y significativo por parte del liderazgo palestino para poner fin a la violencia y al terrorismo también hará posible que Israel aplique medidas que alivien la vida cotidiana del pueblo palestino. Israel no tiene ningún deseo de controlar las vidas de la población palestina; no es bueno para nosotros y desde luego que no es bueno para ellos. Que no quede duda alguna. El pueblo de Israel está deseoso de alcanzar una paz genuina y duradera con sus vecinos palestinos.

El progreso, no obstante, requiere que ambas partes muestren su buena disposición para aceptar un compromiso de buena voluntad. Israel ya ha expresado su buena disposición para aceptar la visión que el Presidente Bush describió en su discurso del 24 de junio de 2002 y asumir compromisos de gran alcance por la paz. Esperamos que la parte palestina mostrará el mismo espíritu conciliador y de buena voluntad.

Desgraciadamente, sin embargo, la continua exigencia palestina de que Israel acepte el deseo de los descendientes de refugiados palestinos a �retornar� y establecerse en territorio israelí no es una buena muestra de paz y buena voluntad. Al contrario, dicha exigencia equivale a un llamamiento a la destrucción del Estado de Israel. Los líderes palestinos deben darse cuenta de que la continua exigencia de que se establezcan palestinos fuera del territorio propuesto del estado palestino es totalmente inconsecuente con la reconciliación y no hace sino socavar los esfuerzos para alcanzar la paz.

El mundo árabe también debe ayudar a la conciliación. Nuestros vecinos árabes pueden hacer que el proceso avance condenando el terrorismo y adoptando medidas contra aquellos que desean sabotear las posibilidades de paz.

Tras dos años y medio de terrorismo y violencia, ahora debemos aprovechar la ocasión para alcanzar la paz. El éxito de la �Hoja de Ruta� dependerá de si los líderes palestinos están verdaderamente preparados para hacer borrón y cuenta nueva y renunciar por fin al terrorismo en todas sus formas, así como reconocer el derecho de Israel a existir como Estado Judío. Si los palestinos así lo hacen, verán que Israel está más que dispuesto a avanzar con ellos hacia un nuevo amanecer de paz y reconciliación.