Poder de disuasión, poder de difusión
La Razón, 4 de diciembre de 2006
Víctor Harel
Embajador de Israel en EspañaMucho se ha hablado últimamente �y más aún escrito� sobre la �disminución� del poder de disuasión de Israel como consecuencia de la guerra del Líbano.
Mientras que nuestro poder de disuasión permanece intacto, se puede aducir que el poder de difusión de nuestras actuaciones y posiciones ha decrecido. Esto posiblemente se deba a las ásperas discusiones internas y diferencias de opinión de las que estamos siendo testigos en nuestra sociedad desde el fin de las acciones bélicas en el Líbano. Es en parte frustración por una guerra que no fue de �seis días�; parte, críticas justificadas a fallos y errores, tanto tácticos como estratégicos; y también por objetivos que no alcanzamos (soldados prisioneros que no logramos liberar). Todo ello ha dificultado considerablemente la narrativa israelí.
Al examinar los resultados de la guerra, sin embargo, comprobamos claramente que gracias a nuestro poder de disuasión la situación en el terreno ha cambiado y las nuevas reglas del juego en el sur del Líbano favorecen a Israel y van en detrimento del grupo terrorista Hizballah.
Tal vez fuera suficiente citar al propio Nasralah en su �famoso� discurso del 27 de agosto cuando se lamentaba diciendo: �� ni pensaba que la captura llevara a una guerra de esta magnitud. No lo habría hecho si lo hubiera sabido de antemano�.
Es el mismo Nasralah, líder �victorioso� que no se atreve a salir a la luz del día de su impuesta clandestinidad, que tiene que grabar sus discursos incendiarios desde los más recónditos escondites, �a pesar del poder de disuasión sionista�, supuestamente reducido.
Mientras, en el sur de Líbano, la República Islamista de Hizballah, poder absoluto y exclusivo hasta el 12 de julio, ha dejado de existir; sus hombres se rearman secretamente pero no osan mostrar en público su sofisticado armamento sirio-iraní, lamen sus heridas, tratan de reponer sus diezmadas filas. El golpe asestado por Israel fue �no mortal� pero contundente y de serias consecuencias. Guardamos la certeza de que Hizballah reflexionará una y mil veces antes de volver a cometer un acto de agresión y provocación contra Israel.
Ahora, por primera vez en 38 años, hay un ejército libanés ejerciendo autoridad y control, restableciendo así la soberanía libanesa al sur del Río Litani, perdida hace cuatro décadas ¡Una verdadera reconquista!
La resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, exige entre otras ��el desarme de todos los grupos armados del Líbano, para que no� haya más armas ni autoridad en el Líbano que las del Estado Libanés� (art. 8). Para cooperar con el ejército libanés y para hacer cumplir esa resolución se encuentran las Fuerzas Internacionales (FINUL 2), incluyendo 1100 soldados españoles.¿No fue acaso nuestro poder de disuasión el que impidió que la guerra se extendiera más allá del Líbano? Siria comprendió perfectamente que Israel no libraba una guerra total contra el Líbano y su Gobierno, sino una acción limitada contra Hizballah, enquistado en territorio libanés. ¿No es cierto que los demás actores de Oriente medio percibieron desde el principio de las hostilidades, las limitaciones y restricciones que Israel se auto-imponía?
En el otro frente, en el palestino, quienes adjudican al debilitamiento del poder de disuasión de Israel la acción de aquellos palestinos que evitan la demolición de edificios desde los cuales se envían los kassam se equivocan completamente. Eso no es más que una burda tergiversación de la realidad en Gaza. Por una parte, se ignora deliberadamente el hecho de que esta acción �heroica� es posible gracias a que Israel avisa de antemano a los habitantes del edificio marcado de evacuarlo prontamente. Así se evita la pérdida de vidas inocentes. Y los palestinos saben bien que nunca destruiríamos un edificio con decenas de civiles apostados en su techo. Ellos no son, ni lo serán nunca, el objetivo de nuestra guerra contra el terrorismo palestino. Al igual que en el Líbano �al comienzo de la guerra difundimos miles de panfletos pidiendo, casi rogando a los civiles, que abandonaran la zona a riesgo de sus vidas� pero inútilmente.
¿Es que el alto el fuego/tregua ofrecido en estos días pasados por las organizaciones terroristas apunta a un �decrecido� poder de disuasión israelí? ¿o todo lo contrario? Juzguen ustedes mismos.
Nuestro poder de difusión continúa a diario �y en diarios� viéndose afectado por muchas razones. Sin embargo, afortunadamente, nuestro poder de disuasión sigue intacto.