La estrategia de la falacia de los palestinos
Desde hace años venimos siendo testigos de la difusión de información falsa por parte de la Autoridad Palestina, como una parte integrante de su lucha con el Estado de Israel. Esta información y estas noticias falsas se difunden de modo sistemático e Israel está obligado a reaccionar ante ellas incluso cuando las noticias se refutan por sí mismas.
Esta actitud tiene un gran significado y efectividad por su efecto acumulativo, incluso cuando Israel refuta las noticias de modo concluyente. Las noticias palestinas publicadas a través de los medios de comunicación internacionales logran a fin de cuentas su objetivo, tanto porque los desmentidos no llegan siempre a aquellos a cuyo conocimiento llegaron las noticias falsas, como por la postura que sostiene que «cuando el río suena, agua lleva». Esta conducta se ha convertido en popular en determinados círculos, especialmente cuando se trata de Israel.
Esta actitud, como parte de la estrategia palestina, encontró su expresión también en la entrevista que concedió Yaser Arafat a seis prestigiosos periodistas israelíes, a finales de junio de 2001 en Ramala. Uno de los periodistas le preguntó: «¿Puede haber un acuerdo total entre Israel y los palestinos sin que un millón de refugiados ejerzan su derecho al retorno?». Como respuesta, se refirió Arafat a Asad Shoman, multimillonario, miembro de una familia palestina que llegó a una alta posición en Belice y que ha sido presidente de su gobierno. «¿Un hombre como este querrá ejercer su derecho al retorno?», preguntó Arafat retóricamente.
Según el suplemento de Haaretz (6.7.01), la historia de Asad Shoman «es curiosa, pero no completamente precisa». En primer lugar, desvela el periódico, Asad Shoman no ha sido presidente del gobierno de Belice: es un líder político veterano y simpático, y ha sido miembro de la Cámara de representantes, pero no ha llegado a la presidencia del gobierno. En segundo lugar, Asad Shoman no es un multimillonario, es conocido precisamente por su sencillez. En tercer lugar, desvela el periódico, Asad Shoman no es un refugiado que posea el «derecho al retorno» y, por ello, no puede renunciar a él: su padre emigró a Belice en los años treinta y él nació allí en 1943. Esta es, por ejemplo, solo una muestra, pero es ciertamente un testimonio de su táctica.
Es posible dividir en tres grupos el procedimiento de trabajo palestino:
1. Desmentidos: cuando sucede un acontecimiento incómodo o no agradable, en primer lugar, se niega la responsabilidad palestina y a veces la propia esencia del acontecimiento.
Ejemplos destacados en los últimos tiempos:
a) Cuando sucedió el atentado del atropello en la zona de Holón, negó Arafat de modo instintivo el hecho de que se trataba de un atentado y declaró que se trataba de un accidente de tráfico.
b) Cuando desapareció el periodista árabe-israelí Yusuf Samir, Israel exigió a las fuerzas de seguridad palestinas de Belén su liberación. La Autoridad Palestina informó que Samir estuvo en su poder y fue liberado tras 24 horas y que su suerte después les era desconocida. Solo después de la liberación de Samir tras varias semanas quedó claro que había estado en poder de las fuerzas de seguridad palestinas todo ese tiempo.
c) Cuando fue asesinado el monje griego en la carretera de Maalé Adumim, se apresuró la embajada de la OLP en Atenas a enviar un comunicado a la prensa local en el que atribuía la responsabilidad del asesinato a Israel. Posteriormente se supo que los terroristas eran hombres de Al-Fatah, bajo el mando de Marwan Barguti. El comunicado de la embajada de la OLP se basaba, según ellos, en las palabras del patriarca Teófanes. La investigación puso de manifiesto que este nunca pronunció estas palabras, a pesar de lo cual los palestinos se negaron a cambiar su comunicado.
d) Cuando explotó un todoterreno-bomba en la zona de Duguit en el norte de la franja de Gaza y dos soldados murieron, se apresuraron los palestinos a comunicar que ambos murieron en un accidente de prácticas. Poco tiempo después se atribuyó la organización Hamás la responsabilidad de la realización del atentado.
2. Informaciones encaminadas a acrecentar la demonización de Israel. Los ejemplos de informaciones falsas son incontables. Hace varios años nos enfrentamos con la «leyenda de las franjas azules de la bandera de Israel», como también con la leyenda sobre lo que estaba acuñado en la moneda israelí de 10 agorot (céntimos), dos acusaciones carentes de fundamento destinadas a presentar a Israel como un Estado imperialista que ambiciona extenderse desde el territorio del Éufrates hasta el Nilo.
Después nos enfrentamos con la historia del envenenamiento de los pozos en las aldeas de Samaria y de la propagación del virus del sida entre los palestinos, acusaciones que el paso del tiempo demostró de forma determinante que eran ridículas. Estas acusaciones estaban destinadas a presentar a Israel como agresor de la población local y del medio ambiente.
Hace varios meses nos acusaron los palestinos del uso de munición compuesta por uranio empobrecido y de granadas de gas negro. La primera acusación surge por la aparición de este tema en el orden del día internacional a causa del descubrimiento de su uso por las fuerzas de la OTAN en Kosovo. La cuestión es que el Ejército israelí nunca ha usado esta munición. Además de esto, el uranio empobrecido se utiliza como componente en las bombas antiblindados. Y los palestinos, afortunadamente, carecen de blindados.
La historia del gas negro es más asombrosa, porque este elemento sencillamente no existe. Parece que el objetivo de los palestinos era simplemente acusar a Israel del uso de gas nervioso, y crear así connotaciones de épocas oscuras.
3. Oposición al derecho del Estado de Israel, y del pueblo judío en general, sobre el país y, en este contexto, también negación del holocausto. Y esto se dice porque, si no existió el holocausto, entonces no es necesario dar a los judíos «Palestina» como indemnización. Pero el holocausto sucedió y la unión de los palestinos a las fuerzas neonazis internacionales habría tenido que hacer saltar la alarma entre los guardianes de la democracia internacional.
Otra objeción se hace mediante la negación de la relación judía con el monte del Templo mediante la negación de la existencia del Templo. Esta frecuente afirmación palestina es muy problemática, porque afecta precisamente a la esencia de la religión cristiana. Si el Templo no existió, entonces ninguna de las historias sobre las actividades de Jesús son ciertas.
En este contexto, se ha difundido una declaración religiosa del muftí Ekrima Sabri, que determina que el Muro de las Lamentaciones es un lugar sagrado musulmán y que los judíos se lamentan en el Muro porque Mahoma fue árabe y no judío. La perpetuación de las falsedades palestinas en declaraciones religiosas es peligrosa, porque traslada la lucha del ámbito nacional al ámbito religioso.
Para llegar a un entendimiento y a un acuerdo, los palestinos deben abandonar la estrategia de la falacia y dejar de basar su propia definición en la negación del derecho de otro pueblo a vivir en la misma porción de terreno. Este camino no los conducirá a la paz, sino a una confrontación continuada, y esto es precisamente lo que nosotros pretendemos evitar.
Además de esto, estas mentiras las asimilan los jóvenes palestinos como verdades absolutas y sobre esta base se educan.
Los casos que se han mencionado anteriormente son sólo un número reducido de ejemplos entre la gran maraña de mentiras difundidas por la dirección palestina. Grandes y pequeñas mentiras cuyo objetivo es la demonización y la deslegitimación del «enemigo», de Israel. Las falsedades se utilizan, como se deduce, como armas palestinas legítimas según ellos, y a veces incluso efectivas. ¿Pero qué sucederá? Ya dijo alguien que se puede mentir a una parte de los hombres durante cierto tiempo, pero no se puede mentir a todos los hombres todo el tiempo.
Una mentira viene siempre en lugar de una verdad dolorosa, y una verdad dolorosa en este caso es que la Autoridad Palestina tuvo no hace mucho tiempo una oportunidad de oro para constituirse como pueblo en un ambiente de paz, y debido a intereses externos, simplemente perdieron la oportunidad, como dijo Abba Eban: «Los palestinos no desperdician la oportunidad de desperdiciar la oportunidad.
Julio 2001