Doble criterio Joseph R. Biden
Tiempo, 27 de mayo de 2002
Es posible entender los temores de Israel respecto al grado de objetividad de la comisión de investigación
En las últimas semanas hemos escuchado declaraciones sensacionalistas sobre la masacre en el campo de refugiados de Yenín. En los últimos días han llegado al campo cientos de periodistas y colaboradores internacionales, y ninguno de ellos ha verificado estas declaraciones. Incluso un muerto es demasiado, y queda mucho trabajo todavía en las ruinas del campo, pero parece que no ha sucedido una masacre en Yenín. No han muerto allí 500 civiles, como opinaban los palestinos al principio.
Lo que sucedió en Yenín fue una dura batalla, en la que se perdieron las vidas de 23 soldados israelíes. El número relativamente alto de la pérdida de vidas humanas del lado israelí se presenta como una prueba de lo que sucedió en el campo. Si hubieran querido otra cosa, los israelíes habrían podido atacar el campo desde lejos y asediar a los terroristas hasta que salieran afuera. En lugar de esto, eligieron hacer las cosas por el modo difícil. El hecho de que fueran casa por casa procede en parte por la voluntad de evitar el daño a civiles.
¿Acaso murieron civiles? Casi seguro. Pero existe una diferencia fundamental entre el ataque dirigido a civiles y el inevitable daño no intencionado, que era obligado que sucediera en un lugar como Yenín, en el que se escondieron los terroristas deliberadamente entre civiles.
En mi opinión, este es el cuadro que se dibujará tras el examen de los hechos. En los últimos días se han desarrollado muchos debates sobre la comisión de investigación de la ONU. Yo creo que la autoridad de la ONU tenía buenas intenciones, pero Israel expresó legítimos temores sobre la composición de la comisión, los procedimientos de la investigación y la terminología que emplearían.
Desgraciadamente, la comisión de investigación se ha disuelto. En mi opinión, la ONU tiene que reconocer los legítimos temores de Israel y mantener la comisión. Es difícil culpar a Israel de que tenga temores acerca del grado de objetividad de la comisión de investigación. Israel también teme que en la comisión haya una ausencia de expertos en la guerra contra el terror y expertos militares.
Israel no invadió Yenín por capricho. Hizo esto para destruir la infraestructura del terror y sólo después de que la Autoridad Palestina se negara a cumplir con su obligación de hacer esto. Según el Gobierno de Israel, 23 terroristas suicidas procedían de Yenín. Ellos son los responsables de la muerte de 57 israelíes y han herido a 1.000 más. Hay que preguntar a la ONU qué es lo que han dicho los representantes de la Autoridad Palestina respecto al uso de un campamento de la propia ONU como plataforma de lanzamiento del terrorismo.
A pesar de esto, Israel no ha rechazado la comisión de investigación. El Ministro de Exteriores Peres escribió al Secretario de Estado Powell que «como comisión de investigación de hechos, tiene que presentar hechos exclusivamente, con el fin de eliminar el uso ilegítimo de sus conclusiones con fines políticos».
¿Qué hay hasta aquí de irracional en las peticiones de Israel? ¿Acaso otro estado democrático se habría comportado de una forma diferente? ¿Acaso a cualquier estado árabe se le pediría pasar una comisión de investigación parecida? Es posible que las declaraciones falaces sobre la masacre en los ambientes árabes reflejen las muchas esperanzas de sus gobiernos.
¿Acaso se creó alguna vez una comisión de investigación de la ONU para investigar la masacre que realizaron los sirios de alrededor de 20.000 civiles en la ciudad de Jamá en 1982? ¿Acaso llevó a cabo la ONU alguna vez una investigación de la campaña genocida que realizó Sadam Husein con los kurdos al finales de los años 80? Por supuesto que no. Existe un doble criterio cuando se habla de Israel. Y muchos de los que critican a Israel hoy saben que éste se exige a sí misma criterios más altos.
No es mi intención disculparme en nombre de Israel. Muchos israelíes han formulado preguntas acerca de la situación militar en Yenín. Entre ellos, acusaciones del uso exagerado de la fuerza y de impedir la ayuda médica y humanitaria. En un editorial de un influyente periódico israelí se dice que el Ejército tiene que llevar a cabo una investigación interna sobre actos superfluos de vandalismo y destrucción de propiedades. ¿Cuántos estados árabes llevarían a cabo un examen independiente como éste? ¿En cuántos de ellos existe un Tribunal Supremo que intervenga e impida al Ejército el traslado de cadáveres de Yenín, como ha hecho el Tribunal Supremo en Israel?
En base a las informaciones procedentes de Yenín, parece que demasiadas personas han llegado a conclusiones antes de que se encuentren en su poder los datos. Tenemos que evitar un autoengaño de este tipo. Si mi interpretación de los hechos es cierta, en los próximos días se verá el hecho de la masacre de Yenín como un hecho que no ha sucedido nunca.
[El Senador Biden es el presidente de la comisión de Exteriores del Senado de Estados Unidos. Estas palabras fueron pronunciadas en un debate en el Senado el 1 de Mayo Publicado en hebreo en el diario israelí Haaretz y parcialemente, en español, en la revista Tiempo.]