Desarrollo y perspectivas
de la economía israelíInforme del Bank Leumi
El desarrollo de la economía de Israel en los años 90
Los primeros seis años de esta década estuvieron caracterizados por el acelerado crecimiento de la economía y la población de Israel, en comparación con los años 80 y con los países industrializados. Además de un incremento acumulado del 22% en la población, durante los años 1990-95, se registró un alza del 42% en el PIB, del 52% en el sector comercial del PIB, del 35% en empleo y del 150% de la inversión nacional bruta en el sector económico.
Durante este período, los recursos disponibles para la economía crecieron en una tasa acumulada del 56%, como resultado del crecimiento del PIB y del incremento del 90% de las importaciones de bienes y servicios. El consumo privado y la exportación aumentaron aproximadamente en un 50%; el volumen de inversiones en la construcción de viviendas fue casi doblado, las inversiones en los sectores económicos aumentaron un 150% y el consumo público, al igual que la población del país, crecieron un 22%.
El rápido crecimiento económico de Israel durante el período estudiado se debió a un cambio estructural de la economía, a la inmigración masiva de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), y al proceso de paz de oriente próximo.
1. El cambio estructural de la economía
A partir de la segunda mitad de la década de los 80, la economía fue objeto de una modificación estructural que aceleró el ritmo de crecimiento económico durante la primera mitad de los 90. Los factores que determinaron este cambio estructural fueron: una baja en el déficit presupuestario nacional, así como de la participación gubernamental en la economía; el cese de las medidas destinadas a apoyar empresas en quiebra; las reformas en los mercados de capital, bonos y divisas; la apertura de la economía a la competencia internacional; la política de estabilización de los tipos de cambio; el proceso de privatización, y un crecimiento de la inversión en infraestructuras. El cambio estructural liberó los recursos del sector empresarial, lo que posibilitó el incremento de su eficiencia y rentabilidad.
2. La inmigración masiva de la CEI
Desde 1990, Israel ha absorbido más de 700.000 inmigrantes, muchos de ellos altamente cualificados. La llegada de esta inmigración masiva generó un salto enorme en la demanda interna, así como en la disponibilidad de mano de obra. Además, la absorción de este flujo de inmigrantes a gran escala, trajo consigo problemas de vivienda y empleo, una disminución temporal de salarios, incrementando el capital humano de la economía.
3. El proceso de paz en oriente próximo
Como resultado del proceso iniciado en Madrid en 1991, Israel ha podido acceder a nuevos mercados de exportación, respaldado por garantías de préstamo del gobierno de Estados Unidos, fuentes relativamente accesibles de divisas extranjeras, mejorando su situación de riesgo político, lo que estimuló las inversiones extranjeras. Desde el comienzo del proceso de paz, se restablecieron relaciones con cuarenta países que las habían roto a finales de los años 60 y comienzos de la década de los 70. Es más, se establecieron relaciones con países que nunca habían mantenido relaciones diplomáticas con Israel. Entre ellos destacan varios países de extremo oriente, lo que explica el considerable incremento de las exportaciones israelíes a la región en los últimos años. Durante este período, el nivel de riesgo nacional de Israel comenzó a mejorar paulatinamente, alcanzando, a finales de 1995, la categoría "A-" en el índice de Standard & Poor.
Todos estos factores, que acompañaron a la recuperación económica a nivel mundial, así como la apertura de nuevos mercados para la exportación israelí, impulsaron el crecimiento económico durante 1990-95 y ayudaron a reducir la considerable brecha entre el nivel de vida en Israel y en los países más industrializados. El dividendo de la paz todavía no ha sido explotado en su totalidad y, dependiendo del alcance de sus logros, se espera que el proceso de paz continúe afectando el incremento del PIB, así como al comercio exterior. Está previsto que el mayor beneficio que aportará el proceso de paz será estimular la inversión extranjera y el desarrollo regional; a largo plazo, también significará una reducción de los gastos de defensa.
Previsiones económicas para 1996
Las siguientes previsiones sobre el desarrollo económico en 1996 y de las distintas variables se basan en las condiciones económicas que detallamos a continuación. Se tienen en cuenta los ejercicios pasados, los objetivos de la política económica, las medidas actuales, las expectativas y reacciones públicas, y algunos acontecimientos previstos en otros sectores como la inmigración, el proceso de paz y las elecciones a la Knéset previstas para este año.
El patrón de los desarrollos económicos de los últimos años seguirá aplicándose a este año. De todas maneras, un cierto número de criterios específicos para 1996 supuestamente afectarán la economía. Estos son:
El hecho de que 1996 sea un año electoral.
La continuación del proceso de paz puede actuar en favor del turismo receptivo y de las inversiones extranjeras, así como en beneficio de las inversiones en los distintos sectores de la economía.
Está prevista la venta gradual de grandes compañías (incluyendo, posiblemente, bancos) al público. Esta se hará en cumplimiento de las recomendaciones del Comité Brodet en relación a la reducción de la concentración de la economía, una ley que requiere de los bancos reducir sus participaciones en firmas no bancarias durante 1996, y el plan de privatización de las compañías estatales mediante la emisión de bonos al público en general (las personas podrán usar dichos bonos para adquirir acciones de las compañías estatales a precios reducidos).
Una ventaja de la consideración de Israel como país de categoría "A-" (finales de 1995), según los índices de las principales organizaciones, podría ser el aumento de las inversiones extranjeras y de las posibilidades de obtener capitales en el exterior.
La autorización del gobierno de Estados Unidos para usar todo el importe de las garantías de préstamo para financiar el presupuesto nacional, obligará al sector privado a buscar fuentes de financiación a largo plazo, incluyendo aquellas que están garantizadas en divisas, de bancos locales o extranjeros, o de los ingresos por emisiones de acciones y bonos.
Las condiciones subyacentes en la economía de los años recientes han sido calificadas como favorables y es muy posible que así se mantengan en los años venideros. Estas condiciones, y las características de los logros económicos del país, son un indicativo del considerable potencial de crecimiento de la economía en los próximos años, especialmente en 1996. Durante los seis años entre 1990 y 1995, las inversiones en los sectores económicos aumentaron una media anual de más del 16% (en términos reales), alcanzando un nivel del 17% del PIB, comparado con menos del 10% durante la década de los 80. En el transcurso de los mismos seis años, el número de trabajadores aumentó en un 35%, una media anual del 5%; el PIB creció un 6% anual por término medio. Estas cifras, no sólo reflejan el impresionante crecimiento económico alcanzado, sino también demuestran el potencial de crecimiento de igual medida para los próximos años, como resultado de la ampliación de los dos factores principales de producción, el capital y el laboral, y del aumento previsto de la productividad global. Los problemas relacionados con el exceso de demanda y el aumento excesivo de las importaciones, pueden dificultar el que la economía alcance su potencial de crecimiento.
Es necesaria una política de contención de la demanda interna para frenar el aumento del déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente y para asegurar un crecimiento económico sostenible. Las políticas fiscal y monetaria son los principales instrumentos disponibles para este objetivo. Creemos que deberían adoptarse las siguientes medidas:
Reducción del déficit presupuestario (mediante recortes en el presupuesto) acompañada por una cierta bajada de los tipos de interés del shékel, nominal y real. Como consecuencia de esto, es previsible una devaluación del 7% del shékel a lo largo de 1996. La inflación se situará en el límite del nivel requerido del 8% al 10%, y el índice de crecimiento del PIB disminuirá ligeramente. La aminoración del desempleo cesará, al igual que el crecimiento del déficit de las cuentas corrientes. En 1997, la economía seguirá creciendo, y se reducirán la inflación y el déficit en la balanza de pagos.
El Banco de Israel mantendrá su política de control monetario. No se espera un aumento de la presión fiscal en este período, mientras que los gastos sociales y de defensa podrían aumentar. Por lo tanto, el déficit del presupuesto no será inferior al previsto (2,5% del PIB).
El proceso de paz va a continuar, y probablemente tendrá algunas consecuencias económicas: se mantendrá el crecimiento del sector turístico; seguirá aumentando el comercio con países anteriormente adheridos al boicot árabe secundario; las inversiones extranjeras en el mercado de capitales y en diferentes sectores económicos, que pasaron de 500 millones de dólares en 1994 a 1.500 millones en 1995, seguirán en aumento; y aparecerán los primeros signos de cooperación regional, aunque a pequeña escala.
Se prevé la llegada de 75.000 inmigrantes en 1996, una cifra similar a la de los años anteriores.
La recuperación económica de los países industrializados, que comenzó en 1993 y que tuvo un auge en 1995, probablemente continuará en 1996. En consecuencia, es probable que aumenten las exportaciones hacia los países industrializados y seguirán creciendo las destinadas a países de extremo oriente y de Europa oriental. El deterioro de la balanza de pagos durante 1995 se debió en parte a los términos del intercambio de Israel (el precio de las importaciones aumentó un 8% y el de las exportaciones, un 4%). La reciente mejora de las condiciones comerciales posiblemente continuará durante todo el ejercicio 1996, lo que ayudará a reducir el déficit de la balanza de pagos.
Actividad económica
Se prevé que el PIB aumente un 5% en 1996. Esto sería menos que el índice estimado para el crecimiento en 1995. La demanda interna seguirá aumentando, aunque a un ritmo menor que en 1995, debido a la aminoración del crecimiento de las inversiones en construcción de viviendas, tras el alto índice de 1995. Se prevé un aumento de la exportación, que será levemente mayor al de 1995.
Aunque la mano de obra civil aumentará a un ritmo levemente menor que en los años anteriores, siempre será mayor que el ritmo de crecimiento de la población. Este aumento se deberá al índice de participación relativamente alto de los nuevos inmigrantes en la fuerza laboral, así como de una mayor participación de la mujer. Como la creación de empleo aumentará paralelamente, no se esperan cambios sustanciales en el índice de desempleo, que se situará en el 6,5% de la población activa.
La exportación de bienes y servicios aumentará a un ritmo ligeramente superior que el de 1995, aunque no se consiga alcanzar los índices registrados en 1993 y 1994. El incremento de las exportaciones vendrá de los países industrializados, de los de extremo oriente y de los de Europa del este.
La importación de bienes para el consumo civil aumentará en 1996 algo menos que en 1995 y los años anteriores. El bajo crecimiento en la importación será una consecuencia de un crecimiento relativamente bajo de la inversión mobiliaria y del consumo privado.
El déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, que pasó de 1.300 millones de dólares en 1993 a 2.500 millones de dólares en 1994, alcanzando en 1995 los 4.000 millones de dólares, se mantendrá alto en el curso de 1996. De todas maneras, no se prevé ningún problema en la financiación de dicho déficit.
El consumo público local crecerá este año un 3,2%, en comparación con el 3,5% de 1995. El déficit presupuestario de 1995 alcanzó el 3,5% del PIB. El déficit que se espera para 1996, en función de los gastos estatales previstos y la estimación de ingresos fiscales, es de un 2,5% del PIB. A pesar del recorte de presupuestos al comenzar el año, los gastos parecen excederse del nivel planificado para este ejercicio, a causa de la constante reorientación en Judea y Samaria, además de las presiones que ejerce el año electoral.
El consumo privado conservará el patrón de crecimiento acelerado de los últimos seis años (1990-95), aunque el índice de crecimiento se reducirá en cierta manera en comparación con el de los dos años pasados. El constante crecimiento del consumo será una consecuencia del aumento salarial real, especialmente en el sector público, y de la demanda generada por la llegada de 700.000 inmigrantes durante los últimos seis años, que actualmente se esfuerzan por alcanzar el nivel de vida de los israelíes veteranos.
Las inversiones en sectores económicos se verán incrementadas en un 5%, porcentaje similar al de 1995, pero relativamente moderado si se lo compara con el de los años anteriores. El constante aumento de las inversiones se verá impulsado por la demanda interna y por el continuo crecimiento de las exportaciones previsto para los años siguientes.
Para 1996 se prevé un aumento del IPC del 10%, el máximo previsto por el gobierno.
Bajo el régimen de tipos de cambio del Banco de Israel, se prevé que en 1996 el shékel se devalúe un 6% con respecto a la cesta de monedas. La devaluación real podría ser aún mayor, lo que aumentaría los beneficios de las industrias de exportación.
Principales indicadores económicos (% de variación) 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1990-1995 media
PIB total 6,1 6,3 6,8 3,4 6,5 6,9 6,0 PIB sector económico
7,6 7,6 8,3 3,6 7,6 8,3 7,2 Consumo privado 5,6 7,1 8,0 7,2 8,9 7,1 7,3 Per capita 2,3 0,9 4,3 4,4 6,3 4,4 3,8 Consumo público 6,6 4,3 0,9 4,8 0,7 3,2 3,2 Inversión en sectores económicos 25,1 22,4 11,9 16,6 18,3 6,0 16,5 Exportaciones 2,0 1,9 14,7 10,7 11,5 8,6 7,4 Importaciones 9,1 15,9 8,9 14,1 10,6 8,7 11,2 [Índice |España-Israel |Convivencia |Conflicto regional |España-Israel... negocios |Jerusalén 3000 |Arqueología |WWW |Ciencia]