Plasto-Ispack 97
se pone en marchaTel Aviv se prepara un año más para albergar la feria más importante de la industria israelí del plástico y el caucho. Plasto-Ispack 97 abrirá sus puertas el próximo 15 de septiembre y durante cuatro días, enseñará al mundo los últimos avances tecnológicos de uno de los sectores punteros de la economía israelí. La muestra contará este año con un atractivo añadido ya que, por primera vez, hombres de negocios de los países árabes de oriente próximo han asegurado su participación. Esta visita anticipa la futura colaboración económica derivada del proceso de paz emprendido por Israel y sus vecinos árabes.
La industria, que ha llevado a los fabricante israelíes a codearse con los líderes mundiales del sector con un crecimiento del 56% en los últimos cuatro años la segunda mayor tasa de expansión en el mundo, facturó en 1995 un negocio de 2.650 millones de dólares, de los que 746 millones fueron generados por las exportaciones (798 millones en 1996). El rápido y constante crecimiento de las ventas al exterior (+93% en los cuatro últimos años y +6,87% sólo en 1996) y la innovación y calidad de sus manufacturas son el santo y seña que distingue internacionalmente a los productos plásticos hechos en Israel.
Entre estos cabe destacar los artículos para todo tipo de embalaje, como los envases antiestáticos para proteger los componentes electrónicos; productos para usos agrícolas, entre los que se han ganado merecida fama los sistemas de riego por goteo para economizar el consumo de agua; materiales de infraestructura y construcción como los revestimientos plásticos de los depósitos de agua y tuberías; productos domésticos mobiliario ligero, enseres de baño o juguetes; equipos médicos, material de alta tecnología y artículos para usos militares. Los fabricantes israelíes suministran piezas miniaturizadas a compañías tan famosas como la estadounidense de informática IBM y también son made in Israel muchas de las piezas que ensamblan los aviones y misiles del Ejército, y hasta los cascos de las Fuerzas Armadas se benefician de la tecnología y la ciencia para lograr plásticos más resistentes y más ligeros que el metal.