Número 8 Madrid, octubre de 1997

II Encuentro
Interreligioso
en la Universidad de
Alcalá de Henares

S. L.

El Instituto Internacional de Estudios Sefardíes y Andalusíes de la Universidad de Alcalá, con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha convocado para los días 24, 25 y 26 de noviembre el II Encuentro Interreligioso de Alcalá: del conflicto al diálogo». Esta segunda convocatoria pretende promover el diálogo para lograr la concordia entre los pueblos, y para apoyar, consolidar y dar respuesta al proceso de paz en Oriente Medio.

En el primer encuentro, celebrado en 1994 en esta Universidad, se dieron cita altas personalidades del mundo del judaísmo, el cristianismo y el islamismo, procedentes tanto del plano estrictamente religioso como del político, económico, cultural y social.

España es, posiblemente, uno de los mejores escenarios para llevar a cabo dos objetivos primordiales: relanzar históricamente la cultura de convivencia entre las tres religiones antes citadas, y construir una plataforma donde se pueda recrear el clima que dio base a la Conferencia de Madrid.

La idea es, según el rector de la Universidad, Manuel Gala Muñoz, «contribuir a la paz desde el terreno civil». Esta convocatoria pretende promover el diálogo para lograr la concordia entre los pueblos, y para apoyar y consolidar, particularmente, el proceso de paz en Oriente Medio, buscando alternativas para responder de manera efectiva a los problemas que afectan a la vida de millones de personas, dentro de lo que sería la plena incorporación de la sociedad civil al proceso de paz y la creación de un tejido social que lo haga irreversible.

Son muchos los temas que se abordarán en este II encuentro: las esperanzas de paz y las expresiones religiosas; la construcción de un nuevo humanismo y la educación en la diversidad; los retos que el presente ofrece a la ciencia, la religión y la cultura; los medios de comunicación y la paz; la paz, la religiosidad y la justicia; y las exigencias de la misma paz, en lo referente al proceso palestino-israelí.

Estarán presentes más de setenta personalidades de las tres religiones monoteístas, entre ellos, Monseñor Fitzgerald, del Vaticano; el rabino de Jerusalén, David Rosen y el jefe del Gabinete del Secretario General de OCI-Arabia Saudí, Mohamed Saleh Zaini.

Participarán también en el encuentro el embajador de la Unión Europea para el proceso de paz en Oriente Medio, Miguel Angel Moratinos; André Azoulay, consejero del rey de Marruecos; el embajador de Egipto, Tahsin Basheér; el rector de la Universidad Ben Gurion del Néguev (Israel), Avishay Braverman, y el gran rabino de París, Shamuel Sirat.

Bajo el enunciado «Del conflicto al diálogo» se abordarán además temas relacionados con la mujer, el niño, la función de las universidades en el conocimiento y la tolerancia, la libertad de información, el racismo y la xenofobia y los movimientos migratorios. [ABC, 5 de noviembre de 1997].


Exposición de documentos
de la Guenizá de El Cairo
en el Museo de Israel

Lili Eylón

Descubiertos por casualidad en un ático lleno de polvo, los documentos de la Guenizá del Cairo proporcionan una excepcional y fascinante evidencia de la vida en la zona mediterránea en la edad media. Una muestra de estos documentos —desde documentos legales hasta cartas de amor— se expone actualmente en el Museo Israel en Jerusalén.

Cuando dos instruidas hermanas escocesas adquirieron un antiguo manuscrito en El Cairo en el año 1896, no sospecharon que ayudarían a elucidar los hasta entonces casi desconocidos hechos de la vida judía en los países de la ribera del Mediterráneo. Su adquisición, no obstante, pavimentó el camino para el histórico descubrimiento de los documentos de la Guenizá de El Cairo, doscientos mil fragmentos de documentos preservados durante siglos en la guenizá [Armario o nicho en una sinagoga o en sus dependencias donde se depositan libros sagrados y objetos litúrgicos desechados o fuera de uso, y en general cualquier escrito en hebreo por fragmentario que sea, para evitar su profanación mientras se dispone su traslado al cementerio para su enterramiento.] de una sinagoga en El Cairo.

Testigos silenciosos de cada aspecto de la vida judía en el mundo mediterráneo, estos documentos son una rica fuente de información para estudiosos, investigadores e historiadores de todo el mundo. Para conmemorar el centenario de este importante descubrimiento, cincuenta documentos de la Guenizá, prestados por la Biblioteca de la Universidad de Cambridge, están actualmente en exposición en el Museo Israel en Jerusalén.

Sin saber exactamente qué habían adquirido, las dos hermanas llevaron el documento a su amigo Solomon Schechter, estudioso de la literatura hebrea de la Universidad de Cambridge. Para su sorpresa y alegría, Schechter identificó el fragmento de manuscrito como el texto original hebreo de Ben Sira —escrito apócrifo del siglo II a.e.c. no incluido en el canon judío de la Biblia— que hasta entonces se consideraba perdido. Inmediatamente salió hacia Egipto en un viaje que proporcionaría a la Biblioteca de la Universidad de Cambridge alrededor de 140.000 fragmentos de la Guenizá de El Cairo, que habían estado abandonados juntando polvo en una casa de oración milenaria, la sinagoga Ben Ezra en Fostat (un barrio del antiguo Cairo).

Durante más de nueve siglos, cada fragmento de papel —y no sólo, como se acostumbra, escritos de carácter religioso— había sido preservado en la guenizá de esta sinagoga. En la actualidad se conservan unos 200.000 fragmentos procedentes de la Guenizá de El Cairo en bibliotecas públicas de Nueva York, Filadelfia, París, San Petersburgo y Cambridge. Hasta ahora, según el profesor Stefan Reif, encargado de los documentos de la Guenizá de El Cairo en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge, sólo se ha descrito un tercio de estos documentos.

Solomon Schechter no fue la primera persona que puso sus ojos en el rico tesoro. Incluso antes de su histórico viaje, fragmentos de la Guenizá ya habían empezado a aparecer entre libreros, coleccionistas y estudiosos en San Petersburgo y en Jerusalén. En 1752, Simon van Geldern, el conocido aventurero y apostador judío alemán, tío abuelo de Heinrich Heine, llegó hasta la Guenizá en busca de libros (probablemente para venderlos por necesidad de cubrir sus apuestas); se desconoce si logró llevarse manuscritos consigo. Posteriormente, Abraham Firkovitch, un judío caraíta de Rusia llegó hasta la sinagoga Ben Ezra y se llevó una gran cantidad de documentos referentes a la comunidad caraíta, que más tarde vendió a archivos en San Petersburgo.

No es de sorprender que documentos, en su mayoría en hebreo, arameo o judeoárabe, de diversos centros de vida judía hayan sido encontrados en la Guenizá de El Cairo. Entre los siglos X y XIII, Egipto era un importante centro de actividad en todas las esferas de la vida. [...]

La actual exposición del Museo de Israel, a cargo de la comisaria Daisy Raccah-Djivre, nacida en Libia, muestra la inestimable importancia de los documentos de la Guenizá para el estudio y el conocimiento de la vida cotidiana e intelectual en esta parte del mundo entre los siglos X y XIII. Entre otras cosas, estos documentos revelan que en ese período los judíos ejercían unas 200 profesiones diferentes. Hay listas de los libros que la gente leía, compraba, vendía y se prestaba en este período de gran esplendor de la literatura hebrea. Hay también una gran variedad de documentos médicos, así como registros de tribunales, documentos mercantiles, obras literarias, textos bíblicos, etc.

Los documentos y las cartas ilustran la buena situación económica e intelectual de muchas mujeres judías, y la coexistencia pacífica y las relaciones comerciales entre musulmanes, cristianos y judíos. Hay un Corán en hebreo y una Biblia en árabe y fábulas infantiles árabes en hebreo.

Uno de los manuscritos expuestos es un borrador completo de la Guía de perplejos de Maimónides, con sus correcciones. Maimónides, considerado el más importante filósofo judío de la edad media, ejerció de médico en la corte del sultán de Egipto (Saladino) durante la segunda mitad del siglo XII. Otro documento describe la conversión de los jazares al judaísmo.

Los documentos tocan también los aspectos más humanos de la vida en ese período, tales como los detalles de un amorío entre una mujer de negocios con un hombre casado y la disposición de ésta a asumir las consecuencias. Una maestra se queja ante una madre de la mala conducta de su hijo y la carta de un marido en viaje de negocios a la India que confiesa a su mujer que ansía verla, que no puede dormir de noche y que "todo lo que cocino sale mal".

Otra de las piezas expuestas es un alfabeto hebreo ilustrado para niños del siglo XI, el primero de su tipo, y el documento más antiguo escrito en yídish que nos ha llegado, que data del año 1382. Además de este documento, hay varias cartas en esta lengua, como una fechada en 1565 de un hijo en El Cairo a su madre en Jerusalén, en la que le informa sobre el progreso de sus hijos y se disculpa por no haber escrito antes. La respuesta de su madre, en el mismo trozo de papel (el papel en aquellos días era escaso y caro), le insiste en escribir más seguido y lo tienta a volver a casa: "He preparado tu vino favorito".

La exposición, ha atraído a una gran cantidad de público y estará abierta en el Museo Israel hasta finales de octubre. [Centro de Información de Israel].