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Número 3 Madrid, abril de 1997 JORNADAS DE FLAMENCO ISRAELÍ
Chiquita Levov
Se clausuró el Tercer Certamen Nacional de Baile Flamenco organizado por el Fondo Adi Agmón tras tres intensos días de bailes y espectáculos. El concurso tuvo un notable éxito de público, lo que demuestra el gran interés que despierta el flamenco en el panorama cultura del país y el alto nivel del flamenco israelí.
El concurso es una de las actividades de las jornadas "Días de Flamenco", patrocinado por el Fondo Adi Agmón, que depende de la Asociación para el Fomento de la Danza y la Cultura Españolas en Israel. Esta institución benéfica fue creada para perpetuar la memoria de Adi, ferviente amante del flamenco, que soñaba con viajar a España para formarse, pero no logró cristalizar su sueño, debido a una enfermedad incurable por la que murió a los 23 años. Los padres de la joven, Eva y David Agmón, junto a Tuti Porat al frente de la asociación crearon el concurso, con el objetivo de permitir que otras jóvenes bailarinas logren cumplir el deseo de Adi.
El certamen comenzó de forma muy discreta, en 1995, aunque contó con la dirección y presencia de la gran sacerdotisa Cristina Hoyos. En esta oportunidad, todos los involucrados en el colorido evento coincidieron en afirmar que, en comparación con los años anteriores, mejoraron notablemente tanto el nivel de ejecución como la seriedad y profesionalidad de todas las presentaciones que conformaron el programa.
El primer estudio de baile flamenco lo abrió, hace más de 13 años, la coreógrafa española Silvia Durán, que enseñó a toda una generación de bailarinas, muchas de las cuales se perfeccionaron luego en España, siendo las responsables de la proliferación de estas escuelas en Israel. Entre éstas, surgen los nombres de Neta Shezaf, Mijal Natan, Carmel Natan, Sharon Saguí, entre otras. Los estudios los comienzan en el país, pero el objetivo final de las jóvenes bailarinas es poder viajar a perfeccionarse a España. Otra razón que favoreció el auge de este estilo fue la apertura del Centro Suzanne Dellal, que logró darle un lugar privilegiado dentro del mundo de la danza.
Actualmente, los dos nombres más importantes del flamenco local son Silvia Durán y Neta Shezaf. Esta última fue discípula de Silvia, quien reconociendo su talento la ayudó a avanzar en su carrera. Después viajó a España y durante varios años formó parte de la compañía del famoso maestro Mario Maya. Hace poco volvió a Israel, y actualmente está formando una comapñía profesional de flamenco.
Mazal Zafri, una "Aficionada"
El programa de "Días de Flamenco" incluyó una interesante y amena disertación ofrecida por Mazal Zafri, quien habló sobre los distintos ritmos de este estilo, sus orígenes y la estructura del mismo. Ella es la única israelí que lleva el título de "aficionada", es decir, una experta en el estudio teórico del flamenco y por sus vastos conocimientos es consultada por expertos locales y extranjeros. Las manifestaciones étnicas no son nuevas para Mazal, que es hija de Yeshayahu Zafri, uno de los fundadores del conjunto de danzas Inbal.
Sobre el flamenco israelí, Zafri aclara que existe un problema de terminología que provoca gran confusión: lo que se está desarrollando aquí es sólo una pequeña manifestación que toma la forma de una danza agradable, atrayendo a las jóvenes por su colorido y su sensualidad. Y esto en realidad no tiene nada de malo. Sólo que el verdadero flamenco es otra cosa. Ante todo dice está la música, compuesta por varios elementos esenciales: la canción primordial y básico, la ejecución en la cual se destaca la guitarra y las palmas. Finalmente, el baile en caso de haber bailarín. Pero éste no es esencial.
En el flamenco, es la música la que determina el estilo y el ambiente, y ésta se nutre de dos factores importantes: la melodía, que es el espíritu, y el ritmo, que es el corazón. El baile exige un oído absoluto, y si los bailarines pierden el ritmo, la ejecución no tiene valor, aunque la técnica del movimiento sea perfecta.
Manolo Marín:
Las israelíes "andaluzas"Este año, Cristina Hoyos no pudo participar en las jornadas, por lo cual sugirió que se invitara al gran bailarín y coreógrafo Manolo Marín. Vino especialmente de Sevilla para ocuparse de la dirección artística, formar parte del jurado y dictar una clase especial. Este eximio maestro es el fundador y dueño de un importante estudio de flamenco en Triana, Sevilla, en el que se perfeccionan los bailarines profesionales, como la misma Cristina Hoyos. También enseña danza a principiantes.
El coreógrafo cuenta que por su estudio han pasado y pasan muchas bailarinas israelíes profesionales. Sobre este fenómeno, comenta que nota en las israelíes características naturales, que las acercan mucho al baile flamenco. Por un lado, el temperamento y por otro, destaca que existe una notable semejanza física entre éstas y las tradicionales andaluzas, es decir, las de antes y no las modernas. Asimismo agrega que estas niñas le recuerdan a las andaluzas de los cuadros de Julio Romero de Torres, famoso pintor de Córdoba.
Marín aconseja a las principiantes y a las que llevan pocos años bailando que no vayan a España para aprender flamenco, ya que para esa etapa de su formación cuentan aquí con un equipo de excelentes maestras, que pueden ofrecer la base necesaria. El esfuerzo que significa trasladarse a un país extranjero, enfrentarse con nuevos ambientes e idioma, amén del alto coste de los estudios y la manutención, sólo se justifica cuando se ha alcanzado un nivel muy avanzado. Aunque él no lo dice, se entiende que se refiere al verdadero talento.
Los premios y las ganadoras
El certamen de este año tuvo un jurado compuesto por el mencionado maestro Marín, el joven y talentoso coreógrafo israelí Ido Tadmor, cuya atracción por el flamenco es conocida, y la bailarina israelí Sharon Saguí, participante permanente de este evento. Por decisión de los organizadores, esta vez sólo compitieron bailarinas locales; a diferencia del primer año en el que hubo extranjeras, como la joven japonesa que recibió el segundo premio.
La ganadora del primer premio una beca para perfeccionarse en España fue Or Feldman, discípula de Carmel Natan-Shelly, quien se inició como alumna de Silvia Durán y ahora tiene su propia academia de baile flamenco en Rehovot. Es interesante destacar que Carmel fue la ganadora del premio en 1995. El segundo premio una beca de estudios en alguna escuela local, lo compartieron las jóvenes Hila Or-Al y Sharón Sultán, ambas de la Escuela de Silvia Durán, quienes "demostraron alto nivel, cada una con cualidades personales", según el jurado. El año pasado la ganadora del primer premio fue Sharon Vaknin y el segundo lugar lo recibió Ariel Aizenberg (20), uno de los pocos bailarines varones, alumno de Silvia Durán.
Una fiesta flamenca,
Paco Ibáñez y Baldi OllierNo cabe duda que el suceso más destacado, además de concurso y los recitales, fue el espectáculo "Mañana de flamenco"; una emocionante velada producida exclusivamente para este evento y que reunió en un mismo escenario a todas las figuras importantes del flamenco israelí, maestras con alumnas, de todas las edades y niveles, en un espectáculo único y de gran colorido. Un gran logro del Festival Flamenco.
Participaron en esta velada el conjunto de Mijal Natan, el grupo joven de Carmel Natan, la bailarina Sharon Saguí interpretan do una coreografía dedicada a la memoria de Adi Agmón. La famosa Neta Shezaf también se lució con su baile. El espectáculo tuvo su punto culminante con la aparición de la primera dama del flamenco local, Silvia Durán, quien brindó una excepcional interpretación flamenca junto al maestro Manolo Marín. Esta secuencia improvisada, que no se repetirá, fue una oportunidad de apreciar a dos grandes talentos.
Otro espectáculo destacado y que atrajo mucho público fue el recital ofrecido por el famoso cantaautor español Paco Ibáñez, conocido por sus canciones-protesta y por cantar poemas de Lorca. Completó la velada la guitarra de Baldi Ollier, junto a la de sus dos hijos Adam y Barak. [...] Paco Ibáñez, quien nos visita con cierta frecuencia, tiene amigos del alma, pertenecientes a la bohemia artística israelí, que conoció en París hace decenas de años.
Completaron el programa una excelente película realizada por Eyal Zaid, documentando el certamen 1996, y una muy destacable muestra fotográfica de Lovka (Arie Lev), en las que se captan dinámicas y cibernéticas imágenes de Dana Agmón bailando flamenco. Las esculturas de Razia Guershon, con su trabajo "la bailarina española", se convirtieron en el símbolo del concurso. Una versión en miniatura del mismo fue utilizada por el Fondo Adi Agmón como camafeo para premiar a la ganadora del certamen Or Feldman. [Línea Directa con Israel y Medio Oriente].