III Encuentros Judaicos de Tudela

Ehud Gol
Embajador de Israel

Tudela, 14 de septiembre de 1998

 

Excelentísimos señoras y señores,
Queridos amigos

Ante todo quiero agradecer a los organizadores de los III Encuentros Judaicos de Tudela el haberme brindado la oportunidad de dirigirme a ustedes en este acto de inauguración.
Gracias a sus anteriores ediciones y al alto nivel de los profesores participantes, los encuentros de Tudela organizados por la Universidad y el Gobierno de Navarra gozan de un merecido prestigio.
Tudela es una de las ciudades de Sefarad cuyo pasado está más íntimamente ligado a la historia del judaísmo peninsular. En esta ciudad navarra vivió una de las más importantes y florecientes comunidades judías, en cuyo seno nacieron un considerable número de personalidades de proyección universal entre quienes podemos destacar al cabalista Abraham Abulafia; al polifacético Abraham ibn Ezrá, poeta, exegeta, filósofo y científico; a Benjamín ben Yoná, el famoso viajero más conocido como Benjamín de Tudela; a Shem Tob ibn Falaquera, poeta, filósofo y científico; y al poeta y filósofo Yehudá Haleví, autor de las siónidas, que bien podría considerarse uno de los más sublimes poetas de todos los tiempos.
En Navarra, como en tantos otros lugares de Sefarad, la expulsión de los judíos y el inexorable paso del tiempo han borrado la mayoría de los vestigios materiales de la prolongada presencia judía. Apenas quedan sinagogas en pie, y las antiguas juderías han ido perdiendo su trazado. Tudela, una de las escalas obligadas de la ruta de las juderías, conserva no poco de aquella herencia. Navarra en general y Tudela en particular, cuentan también con unos magníficos archivos medievales en los cuales se han preservado infinidad de valiosos documentos que nos permiten conocer bastante bien la historia, la vida y el desarrollo de la aljama tudelana. Durante el dominio musulmán, Tudela, al igual que otras ciudades navarras contaba con una importante comunidad judía. Con el nacimiento del reino de Navarra, los judíos gozaron de un trato de favor por parte de los monarcas que les reconocieron sus privilegios en los fueros.
Como ya señalé, Tudela fue cuna de ilustres judíos en el campo de las ciencias y las letras, destacando también la judería tudelana por su desarrollo social y económico. Destacan los bordadores, perleros, joyeros, prestamistas, sastres, zapateros, encuadernadores,... y por supuesto los médicos, alcanzando algunos de ellos notable fama. Algunos judíos tudelanos como Yosef Orabuena durante el reinado de Carlos III, alcanzaron posiciones destacadas en la administración del reino.
Tudela, como el resto de Navarra, fue a lo largo de la historia tierra de refugio para los judíos que huían de las persecuciones y expulsiones de Al-Andalus y Francia. Durante el siglo catorce padecieron abusos y persecuciones, si bien las grandes matanzas de 1391 no afectaron a los judíos navarros. La trágica expulsión de los judíos de Navarra, de la que se cumplen ahora quinientos años, puso fin a siglos de presencia judía. Con la salida de los judíos de Navarra, seis años después de los de Castilla y Aragón, se cerraba definitivamente un capítulo fundamental de nuestra historia, la de las comunidades judías en la Península Ibérica. Hoy nos queda su legado y su historia, estudiarlos y divulgarlos es el mejor homenaje que hoy podemos rendirles.
El enriquecedor pasado común de judíos y navarros debe contribuir a estrechar los vínculos culturales, económicos, turísticos y de amistad entre israelíes y navarros. Si me lo permiten, quiero dar la bienvenida a los profesores israelíes, que con su presencia mantienen abierto un puente entre nuestros países.
Sólo me resta reiterar mi felicitación al gobierno de Navarra y a los demás organizadores de estos Terceros Encuentros por haberlos hechos realidad en este año de conmemoración del Quinto Centenario de la Expulsión de los judíos de Navarra, y por su incansable y continuado esfuerzo para el estudio y la divulgación de la historia judeonavarra. También quiero agradecer el decidido apoyo personal de su presidente D. Miguel Sanz para que este proyecto saliera adelante, y animar a las instituciones públicas y privadas a continuar apoyando el estudio del pasado judío de Navarra, ya que un mejor conocimiento de nuestro pasado común contribuirá al acercamiento de nuestros pueblos.