Reencuentro Mundial
de los Judíos Oriundos de MelillaEhud Gol
Embajador de IsraelMelilla, 17 de febrero de 1997
Excelentísimas autoridades, distinguidos señoras y señores,
Con esta cena se cierra este Reencuentro Mundial de los judíos oriundos de Melilla, que ha tenido lugar coincidiendo con la efeméride del quinto centenario de Melilla. Muchos de ustedes han venido de fuera para reencontrarse con sus parientes, con sus amigos, con sus raíces. Unas raíces a las que todos ustedes se sienten ligados, vivan donde vivan en la actualidad.
Muchos de ustedes decidieron hacer Aliyá, ir a Israel a vivir, retornando a la tierra histórica del pueblo judío. Allí, como en otros lugares a los que han emigrado los judíos melillenses, han mantenido el recuerdo de sus orígenes, y han tratado de mantener vivas sus señas de identidad, creando asociaciones, organizando reencuentros como este concluye hoy.
Antes de que se establecieran relaciones diplomáticas entre España e Israel, los judíos de Melilla como los del resto de España han sido un puente de acercamiento entre nuestros pueblos y países. Ahora que las relaciones entre nuestros países son fluidas e intensas, su labor de acercamiento entre nuestros pueblos es aún más importante. Vosotros, israelíes de Melilla, manteniendo vuestros vínculos con esta querida y hermosa ciudad, no sólo sois fieles a vuestra herencia, sino que también contribuís a que israelíes y melillenses israelíes y españoles nos conozcamos mejor. Cuando venís a Melilla, os convertís en los mejores embajadores de Israel; y cuando regresáis a vuestros hogares en Israel, lleváis con vosotros algo de Melilla, algo de España.
Siento un profundo respeto por Melilla, por sus gentes de religiones, culturas y orígenes diversos que han sabido crear una ciudad modélica en el respeto al otro, un modelo de convivencia entre culturas diferentes orgullosas de su origen melillense. Melilla cruce de caminos y culturas se enorgullece de su pluralidad, y en todos las celebraciones y actos de conmemoración del quinto centenario a los que he asistido, siempre se ha destacado con orgullo por parte de los representantes de la ciudad la su realidad plural.
Por mi trabajo he conocido y visitado muchas comunidades judías en Europa, Estados Unidos y Sudamérica, grandes y pequeñas, de reciente creación y antiguas, pero pocas me han impresionado tanto como la vuestra. No lo digo por cortesía, porque hoy sean mis anfitriones. Es una comunidad pequeña en número, pero enormemente dinámica. Sinagogas, colegio, organizaciones culturales y sociales son reflejo de una intensa vida judía y de vuestro arraigo en esta ciudad. Vuestra proyección en la vida de la ciudad es muy importante, y no es exagerado decir que sin vuestra aportación Melilla sería una ciudad diferente. Los judíos melillenses que viven aquí, los que han hecho aliyá, y los que viven en otros lugares, son un ejemplo de lealtad a la herencia judía.