2.000 para el 2000

Ehud Gol
Embajador de Israel

Cámara de Comercio Catalunya-Israel
Barcelona, 21 de enero de 1997

Hace un año por estas fechas conmemorábamos el décimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel. En aquella ocasión, todos —tanto españoles como israelíes— nos felicitábamos de lo mucho que se habían desarrollado las relaciones bilaterales en todos los ámbitos: político, cultural, turístico, humano y económico. Durante el año transcurrido hemos seguido avanzando.

En cuanto al intercambio económico muchos apuntábamos como objetivo para 1996 alcanzar los 1.000 millones de dólares, lo hemos conseguido, mejor dicho, lo han conseguido ustedes, los empresarios españoles e israelíes. El 65% de este volumen corresponde a exportaciones españolas a Israel y el 35% a exportaciones israelíes a España, es decir, un saldo claramente favorable a España. El intercambio comercial entre nuestros países ha crecido claramente durante todos estos años, diversificándose cada vez los bienes y servicios que se exportan o importan, y el número de empresas de ambos extremos de nuestro mar común que emprenden proyectos conjuntos ha ido en aumento.

El crecimiento, el desarrollo de nuestro comercio bilateral no ha hecho más que empezar; tenemos por delante un futuro esperanzador en este ámbito de las relaciones bilaterales. Las expectativas económicas favorables de nuestros dos países para los próximos años, el nuevo acuerdo entre Israel y la Unión Europea y la consolidación del proceso de paz crean un marco inmejorable para favorecer los vínculos comerciales y económicos entre nuestros países. En este contexto, hay que señalar que un porcentaje muy considerable de este intercambio se da entre Israel y Cataluña. Sin duda, en el futuro éste crecerá aún más, lo que beneficiará tanto a Cataluña como a Israel.

El boom de la economía israelí no es un hecho coyuntural como lo demuestra la mejora sostenida en los últimos años de todos los indicadores económicos.

Las cifras correspondientes a 1996 son las siguientes: el Producto Interior Bruto ha crecido un 4,4%, alcanzando los 90.000 millones de dólares; la renta per cápita -superior a la de varios países de la Unión Europea- asciende a 16.900 (dieciséis mil novecientos) dólares; la inflación fue de un 10,6% y el paro se situó a finales de año en torno al 6%; también aumentaron significativamente las importaciones, un 5,7%, alcanzando 29.600 (veintinueve mil seiscientos) millones de dólares y las exportaciones, un 6,5%, con un volumen de 19.100 (diecinueve mil cien) millones de dólares.

Por otra parte, el Fondo Monetario Internacional acaba de hacer público que a partir del próximo mes de abril Israel incluirá a Israel en la lista de países industrializados.

Si bien, como señalé antes, podemos sentirnos satisfechos del nivel de intercambio comercial entre nuestros países —1.000 millones de dólares en 1996— creo que debemos fijarnos nuevos desafíos, un nuevo reto: 2.000 millones de dólares para el año 2000. El objetivo 2.000 para el 2000 es ciertamente ambicioso pero estoy convencido de que se alcanzará. El intercambio hispano-israelí en sectores como la tecnología agrícola, la informática, el automóvil, los productos químicos, las telecomunicaciones, los plásticos, lo relacionado con el aprovechamiento del agua o incluso la construcción —por citar sólo algunos— tienen un enorme potencial.

Como embajador de Israel en España, considero de una enorme importancia el desarrollo de las relaciones comerciales entre nuestros países en ambos sentidos, no sólo por los beneficios económicos recíprocos que generan, sino también porque unas relaciones económicas intensas y fluidas contribuyen al acercamiento de nuestros pueblos y al estrechamiento de las relaciones entre nuestros países.

Ya para terminar quiero felicitar a la Cámara de Comercio de Cataluña-España-Israel —y muy especialmente a Giaco Ventura y a Elisabeth Mc Gurk— por haber tenido la iniciativa de organizar este almuerzo y, sobre todo, por su magnífica labor durante todos estos años, que la ha convertido en un motor eficaz en el desarrollo y consolidación de las relaciones comerciales, y desearle un gran éxito en el futuro. Y quiero animarles a ustedes, los empresarios, a que estudien en profundidad la oferta y la demanda del mercado israelí, la actividad de sus empresas y sus nuevos productos, los incentivos a la inversión, la alta cualificación de su mano de obra, ya que son muchas las oportunidades para el desarrollo y el crecimiento de las relaciones empresariales y comerciales hispano-israelíes.