La Bar-Mitsvá de las relaciones
hispano-israelíes

Ehud Gol
Embajador de Israel

Diario 16, 18 de enero de 1999

 

El 17 de enero de 1986, España e Israel establecían relaciones diplomáticas. Hoy, al cumplir 13 años, la edad de la Bar-Mitsvá —la ceremonia que marca la mayoría de edad en la tradición judía— las relaciones entre nuestros países se caracterizan por haber alcanzado un elevado grado de madurez. Ni los más optimistas y fervientes partidarios del establecimiento de relaciones podían entonces prever que en un período tan corto nuestros vínculos pudieran llegar a ser tan fluidos e intensos. Desde hace más de dos décadas, uno de los objetivos destacados del Ministerio de Exteriores de Israel ha sido primero, el de establecer relaciones diplomáticas con España, y, después, el de normalizarlas e intensificarlas.
Nuestro legado cultural e histórico común es un aspecto singular y de gran peso que convierte en algo especial las relaciones entre España e Israel. Durante 1500 años convivieron en Sefarad judíos, cristianos y musulmanes, escribiéndose en estas tierras algunos de los principales capítulos de la historia judía. La historia de España no puede entenderse sin tener presente la contribución judía, y el mundo y el legado judíos de hoy no serían los mismos sin la extraordinaria contribución que en todas las ramas del saber y el pensamiento humano hicieron los judíos de Sefarad antes y después de la expulsión.
El establecimiento de relaciones diplomáticas en 1986, que ponía fin a una anomalía histórica de casi cuarenta años; el acto en la sinagoga de Madrid con motivo del quinto centenario de la expulsión, con la presencia de los Reyes de España y del Presidente de Israel; y la visita al año siguiente de sus Majestades a Israel, son los principales hitos que marcan el florecimiento de las relaciones entre nuestros países.
La intensidad de nuestras relaciones bilaterales a nivel político puede verse en las numerosas visitas de altas personalidades en ambos sentidos y en la cordialidad de los encuentros. El intercambio de visitas de altos cargos de las administraciones española e israelí, y los viajes a Israel de presidentes y consejeros autonómicos, han pasado a ser algo habitual, y en numerosas ocasiones delegaciones de empresarios y hombres de negocios han acompañado a los responsables políticos.
El progresivo acercamiento de España a Israel y su tradicional amistad con los países árabes le han permitido jugar un papel activo y constructivo en el actual proceso de paz. La credibilidad española tanto en el mundo árabe como en Israel hicieron posible el consenso a la hora de elegir Madrid como sede de la Conferencia de Paz (1991). Desde entonces España ha sido uno de los países europeos que mejor y más intensamente ha trabajado para facilitar las relaciones multilaterales y bilaterales de Israel con países árabes. La organización de la Conferencia Euromediterránea de Barcelona y los buenos oficios de la diplomacia española que hicieron posible el establecimiento de relaciones con Mauritania, son, respectivamente, dos ejemplos significativos de los muchos posibles. Los especiales vínculos históricos de España con Israel y con los países árabes, su pertenencia a la Unión Europea y al mundo mediterráneo, y su vocación mediadora, convierten a España en un importante punto de encuentro, especialmente en todo lo relacionado con las conversaciones multilaterales.
Los vínculos culturales, científicos y económicos entre nuestros países también se han consolidado e intensificado a lo largo de los últimos años.
La inauguración del Instituto Cervantes durante la visita del presidente Aznar a Israel, coincidiendo con las celebraciones del cincuentenario del Estado, es un acontecimiento de primera magnitud. Por otra parte, las visitas a España de científicos, escritores, profesores, pintores, compañías de baile, músicos y orquestas de Israel son cada vez más frecuentes, al igual que las de sus homólogos españoles a Israel.
En materia de turismo todavía es mucho lo que nos queda por hacer. Aunque el flujo turístico se ha intensificado, no lo ha hecho de forma análoga en ambas direcciones. Siguen siendo muchos más los turistas israelíes que llegan a España. Las celebraciones y peregrinaciones cristianas con motivo del año 2000 son una magnífica oportunidad para visitar Tierra santa, y espero que la conmemoración anime a muchos españoles a conocer Israel.
El intercambio comercial total entre España e Israel ha aumentado en más de un 50% en los últimos tres años. En este momento, el intercambio bilateral total ronda los mil millones de dólares anuales, aproximadamente un tercio de esta cifra corresponde a las exportaciones israelíes a España y las dos terceras partes restantes las constituyen las exportaciones españolas a Israel. Es un volumen de intercambio comercial importante con un saldo claramente favorable a España, lo que convierte a Israel en el principal mercado de España en oriente próximo. Asimismo se está produciendo un importante fenómeno de diversificación en nuestras relaciones económicas, que van más allá del intercambio comercial: inversiones, adquisición de empresas, construcción de infraestructuras, apertura de tiendas y oficinas de representación, asistencia a ferias y encuentros empresariales, etc. Otro capítulo que ha ido adquiriendo mayor relevancia es de la cooperación de empresas de tecnología agrícola y aprovechamiento de agua para aplicar en España técnicas y avances israelíes.
El nuevo acuerdo de asociación de Israel con la Unión Europea y la propia dinámica de nuestras relaciones comerciales, harán posible un desarrollo aún más intenso de nuestros lazos económicos. El acuerdo para la supresión de doble imposición entre nuestros países, que firmaremos en breve, será un magnífico catalizador que sin duda será aprovechado por los empresarios para explotar el enorme potencial de nuestro comercio bilateral.
Las relaciones entre nuestros países son ahora más intensas y cordiales que nunca. Al llegar a la edad de la Bar-Mitsvá, con plena madurez, me permito augurar unas relaciones aún más sólidas y estrechas en todos los ámbitos en el futuro.