Paz contra terrorismo

Ehud Gol
Embajador de Israel

Diario 16, 26 de septiembre de 1998

 

La semana pasada el presidente Clinton y otros líderes mundiales han coincidido en señalar en la ONU que el terrorismo es uno de los problemas más graves del mundo occidental. Hoy como ayer, el principal enemigo del proceso de paz entre israelíes y palestinos es el terrorismo. Hamás y otras organizaciones integristas islámicas palestinas son, además, una terrible amenaza para la estabilidad regional e internacional por sus estrechos vínculos con grupos afines de otras procedencias. Un terrorismo —como se vio en los atentados contra la AMIA (Asociación Mutual Israelita) en Buenos Aires o contra las embajadas norteamericanas en Kenia y Tanzania, por citar sólo ejemplos de atentados ocurridos fuera de Israel— capaz de asesinar indiscriminadamente. La ralentización de las negociaciones de paz se ha debido principalmente a la pasividad de la Autoridad palestina en la lucha contra el terrorismo.
A pesar de las conversaciones de paz que Israel y los palestinos han estado llevando a cabo durante los últimos cinco años, el terrorismo sigue siendo una gran amenaza. Desde el intercambio de cartas de reconocimiento mutuo entre Israel y la OLP el 9 de septiembre de 1993, los atentados terroristas contra israelíes han aumentado de forma drástica. De hecho, desde la firma del Acuerdo de Oslo (1993), los terroristas palestinos han asesinado a más israelíes que en los quince años anteriores. En los últimos cinco años, los terroristas palestinos han asesinado a 279 personas (hombres, mujeres y niños) en 92 ataques contra israelíes. Estas cifras representan un aumento del 50 por ciento respecto al número de israelíes asesinados durante los seis años de la Intifada (1987-1993), y superan el número de víctimas durante los quince años que procedieron la firma de los acuerdos.
Desde sus comienzos, Israel ha vivido bajo el continuo hostigamiento del terrorismo. A lo largo de los últimos años, la mayor parte de este terrorismo ha sido llevada a cabo por grupos terroristas palestinos que se oponen a la paz y al compromiso. Por lo tanto, uno de los puntos principales en las presentes negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, sigue siendo la necesidad de terminar con el terrorismo, como un primer paso para el establecimiento de una relación pacífica entre Israel y sus vecinos árabes-palestinos.
En cumplimiento de los acuerdos israelo-palestinos, se creó la Autoridad Palestina para dirigir la vida diaria de los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza. Israel ha transferido diversos poderes y responsabilidades a la Autoridad Palestina, incluyendo la responsabilidad por el orden público y la seguridad interna. La Autoridad Palestina es, pues, responsable de la prevención de ataques terroristas dirigidos contra israelíes planeados o ejecutados en las zonas bajo su jurisdicción. El gobierno de Israel exige a los palestinos que cumplan y respeten lo recogido en los acuerdos, ya que es la única manera de acabar con el terrorismo.
Israel seguirá dedicado a la búsqueda de la paz y también seguirá comprometido con los acuerdos que firmó. Israel ha expresado su voluntad de seguir avanzando en la puesta en práctica del Acuerdo interino con los palestinos y proseguir, tan rápido como sea posible, con las negociaciones sobre los temas del status permanente que quedan por resolver. De todas maneras, no se puede esperar que Israel proceda unilateralmente. La obligación de luchar contra el terrorismo debe ser asumida por la Autoridad palestina; no se trata sólo de contentar al actual gabinete israelí. La mayoría de la sociedad israelí es incapaz de asumir que las concesiones territoriales y políticas que se han hecho vengan acompañadas de más dolor y de más muerte. Es evidente que la primera obligación de Israel, como la de cualquier otro estado, es proteger la vida de sus ciudadanos. Paralelamente a la continua búsqueda de la paz, Israel debe también ofrecer a su población seguridad personal y protección. El terrorismo no desaparecerá por sí mismo como tristemente nos muestran las estadísticas. Si se concede la más mínima tregua a quienes quieren poner fin al proceso de paz sembrando el terror, la paz no podrá sobrevivir.
Como se ha dicho en los últimos días en las tribunas de las Naciones Unidas [—entre ellos el Ministro español de Exteriores Abel Matutes quien abogó por "reforzar los mecanismos de cooperación internacional" contra el terrorismo—] todos los países y fuerzas democráticos debemos luchar coordinamente para acabar con este cáncer que amenaza a toda la comunidad internacional.