Portavoz del Ministerio
de Asuntos Exteriores
Jerusalén, 29 de octubre de 1999
VIII aniversario de la Conferencia de Paz de Madrid
(29-31 de octubre de 1991)
David Levy, uno de los iniciadores y promotores de la Conferencia de Paz de Madrid, ha cosechado, una vez más, los frutos del proceso de paz: el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas con Mauritania, un país musulmán y miembro de la Liga Árabe.
Eytan Bentsur uno de los que formularon la idea de la Conferencia que se convocó el 30 de octubre de 1991 en la capital española también participó, junto a Martin Indyk, Subsecretario de Estado norteamericano para asuntos de Oriente Medio, en la coordinación de los contactos que condujeron a la firma del acuerdo para el establecimiento de relaciones y a la invitación de los ministros de exteriores de Israel y Mauritania a la ceremonia de Washington, en presencia de la Secretaria de Estado Madeleine Albright.
Mañana se cumple el octavo aniversario de la Conferencia de Madrid, la Conferencia que creó el marco para el proceso de paz, un proceso que ha cobrado ahora un nuevo impulso.
Para satisfacción nuestra, esta semana hemos celebrado el quinto aniversario del acuerdo de paz con Jordania, que también fue un resultado directo e importante de la Conferencia de Madrid.
El marco de Madrid, establecido por la administración norteamericana encabezada por George Bush y en colaboración con el gobierno de Israel del ex-primer ministro Isaac Shamir, hizo posible que tuvieran lugar las reuniones entre Israel y todos sus vecinos árabes, abriendo el camino para las conversaciones directas con Jordania, Siria, Líbano y los palestinos. En la misma conferencia se decidió que las conversaciones multilaterales se celebrarían con la participación de países de oriente medio y de fuera de la región, en un esfuerzo destinado a resolver los problemas que afectan a todos los pueblos de la región, como el agua o la cooperación económica. Las conversaciones multilaterales se concibieron para servir de ayuda y de apoyo a las complejas negociaciones bilaterales entre Israel y sus vecinos, y suponen un avance en la creación de confianza y una mejora en el ambiente general de Oriente medio.
La firma del acuerdo con Mauritania nos devuelve al camino correcto del proceso de paz iniciado en Madrid y que se consolidó en Oslo, y aumenta las expectativas de un nuevo impulso en el proceso de normalización entre Israel y el mundo árabe, desembocando en más resultados positivos.